La ciudad de Tucson (Arizona) recordó durante esta semana con una serie de festejos, actividades y recreaciones históricas de la época de Nueva España el 243 aniversario de su fundación por los españoles. La fundación tuvo lugar en agosto de 1775, el día 20, con la construcción del presidio de San Agustín del Tucson, epicentro de muchas de estas celebraciones. No obstante, ya a finales del siglo XVII hay presencia española gracias al jesuita Eusebio Francisco Kino y la fundación de la misión de San Xavier del Bac a unos 16 kms de donde se establecería el presidio. Pero eso es otra historia. Nos acercamos al edificio histórico que se construiría unos 75 años más tarde para conocer un poco más la huella española en Arizona.

El principal protagonista del establecimiento de esta institución fue el Teniente Coronel del Ejército español Hugo O’Conor, que por su apellido podemos reconocer con claridad que tenía ascendencia irlandesa. O’Conor, que era inspector general y que había labrado su prestigio personal sirviendo en la frontera de Nueva España, lideró la construcción del edificio. No obstante, la construcción del fuerte no se completaría hasta octubre del año siguiente.

Los integrantes de la guarnición que defendería la posición y las familias de éstos no se mudaron a la zona hasta finales de octubre de 1776, fecha en la que ocuparon las bermas (el espacio de tierra al pie de la muralla del fuerte) y la empalizada. Cabe destacar que la primera correspondencia desde Tucson fue escrita por el coronel Juan Bautista de Anza en noviembre de 1776, durante su segunda expedición por tierras californianas.

Vista general de Tucson (Arizona) en la actualidad.

Las dimensiones del fuerte eran humildes: pequeño y con una arquitectura inestable. Para tratar de mejorar estas carencias, en 1782, después de un gran ataque de los apaches, se construyó una pared de adobe de entre 3 y 5 metros de altura para la defensa. La posición fue progresivamente mejorando. En el centro histórico de la actual ciudad de Tucson, donde se encuentra el Museo Presidio San Agustín del Tucson, se puede uno imaginar cómo era la vida dentro del fuerte, que llegó a ocupar 45.000 metros cuadrados en su máxima extensión. De hecho, llegó a ser uno de los puestos fronterizos más grandes de la época.

¿Qué fue del presidio cuando los españoles perdieron este territorio? El edificio permaneció en uso por la naciente México hasta que los estadounidenses llegaron a Tucson en marzo de 1856 y, aunque fue desmantelado, poco después se reutilizó. La última parte del muro de defensa en pie fue derribado en 1918. Hoy en día, para ayudar al visitante a hacerse una idea de las grandes dimensiones del muro original del fuerte, hay marcadas unas líneas de ladrillos.

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