Estados Unidos es un país que conserva con entusiasmo sus símbolos nacionales. La bandera no solo es común encontrarla en dependencias públicas, sino que muchos ciudadanos la colocan en el jardín de su casa o en sus propios edificios. Sin embargo, si alguno de esos símbolos es especialmente conocidos, es el Himno, cantado con fruición en cada evento que se tercie.
En el imaginario colectivo existen diversos atributos que evocan a Estados Unidos. La bandera de trece franjas horizontales rojas y blancas con el rectángulo azul y cincuenta estrellas blancas de cinco puntas; el «ágila calva», ave cuya cabeza de plumas blancas contrasta con el cuerpo amarronado; el lema In God We Trust (en Dios confiamos); o las celebraciones del 4 de julio en honor a la Independencia. No obstante, uno de los distintivos más claros que se asocian al país es el canto de su himno, el The Star-Spangled Banner.
El Himno de los EEUU ocupa tal importancia en la sociedad que dispone de un día en el calendario para festejarlo: el 3 de marzo. El origen de la melodía se remonta a la época de la Independencia, aunque su letra es algo más tardía y con un autor señalado: Francis Scott Key.
Entre 1812 y 1815 se produjo un conflicto bélico que enfrentó a los recién nacidos EEUU contra Reino Unido, a raíz del intento del país americano de ocupar la zona canadiense, en manos británicas. El objetivo era una ocupación rápida aprovechando la rivalidad que el Imperio británico mantenía con la Francia de Napoleón. Este conflicto fue el primero que EEUU declaró como estado soberano, pero es conocido como «La Guerra Olvidada» al situarse entre la Guerra de la Independencia y la Guerra de Secesión. Una de las batallas más importantes de esta contienda fue el bombardeo sobre el fuerte McHenry en Baltimore, Maryland, en la bahía de Chesapeake. Los estadounidenses lograron repeler el ataque británico en una de los choques más señalados de este enfrentamiento.
Francis Scott Key, abogado y poeta aficionado, acompañaba como asesor al coronel de intercambios de prisioneros John S. Skinner. Estos mantuvieron en septiembre de 1814 una entrevista con diversos comandantes ingleses para liberar prisioneros. Tras esta reunión, Key y Skinner no pudieron volver con sus tropas, dado que conocían la estrategia que el Imperio británico iba a realizar, por lo que tuvieron que contemplar como los americanos eran atacados en el fuerte McHenry sin poder mediar. En esa angustia, Key escribió un poema que intentó encajar en el ritmo de The Star-Spangled Banner, melodía compuesta por John Stafford Smith. Tras la victoria estadounidense, letra y música se unieron conformando el himno oficioso de EEUU.
En 1916, el Presidente Woodrow Wilson firmó una orden ejecutiva que tan solo instaba a las bandas militares a tocarlo. Finalmente, en una resolución del 3 de marzo de 1931, el Congreso aprobó The Star-Spangled Banner como el himno oficial de los EEUU.