Tal día como hoy, hace 241 años, la ciudad de Ceuta quedó hermanada para la historia con San Luis (EEUU). Aquel 26 de mayo, la ciudad del hoy estado de Misuri tuvo que hacer frente al ataque de 300 soldados británicos y 900 guerreros indios. Los atacantes, que fueron a la batalla convencidos de su superioridad y esperaban una rápida victoria, no contaban con que al frente de la defensa de la ciudad encontraría a Fernando de Leyba y Córdova Vizcaigaña, militar nacido en Ceuta cuya acción resultó fundamental en el devenir de la Guerra de Independencia estadounidense.
De Leyba nació en Ceuta el 24 de julio de 1734 en el seno de una familia de larga y noble tradición castrense originaria de Antequera (Málaga), por parte de padre y de Ceuta, por parte de madre, hija del notario de la ciudad española norteafricana. Quinto de siete hermanos, encontró futuro en las filas del Ejército. A lo largo de una trayectoria de casi 30 años, De Leyba recorrió gran parte del imperio español sirviendo en las guarniciones de Orán, Nueva Orleans, Arkansas, La Habana y San Luis.
Hoy se puede afirmar sin lugar a duda que el curso de la historia estadounidense podría haber sido otro si no fuera por la valentía y el coraje que De Leyba desempeñó en la defensa de San Luis aquel 26 de mayo de 1780. Con el objetivo de divulgar su figura, The Hispanic Council ha publicado el informe Fernando de Leyba, el ceutí que cambió la Guerra de Independencia americana, elaborado por César Cervera, escritor y periodista especializado en temas históricos, que pretende revindicar a este gran héroe que enlazó a Ceuta para siempre con Estados Unidos.
El ceutí había sido destinado como capitán al mando de la tercera compañía de Fusileros del regimiento fijo de Luisiana, con base en Nueva Orleans. En tales funciones se le asignó el puesto de Nuestra Señora de Arkansas, donde encontró un fuerte en lamentables condiciones con su estacada y cuartel pendiendo de un hilo, las tropas sin pagar y con una ausencia crónica de harina en sus almacenes.
Cuando se produjo el levantamiento de las colonias, a principios de 1780, al Ejército británico no le quedó más remedio que fiar su contraataque al norte, ya que por el sur la amenaza de los rebeldes era mayor al contar con aliados. Esta estrategia pasaba necesariamente por tomar San Luis. El devenir de la guerra caía así sobre la guarnición de la pequeña ciudad defendida por De Leyba.
Los británicos, confiados, creyeron que San Luis, como posición de interior, ofrecería poca resistencia, ya que nadie imaginaba que un capitán español fuera a mostrarse tan testarudo. De Leyba comenzó a contrarreloj la construcción del Fuerte de San Carlos —así bautizado en honor a Carlos III— valiéndose de la mano de obra de los soldados y de los criollos franceses y financiando el proyecto de su propio bolsillo. Bajo su mando sólo contaba con 29 soldados y 281 civiles armados.
Las tropas británicas lanzaron una primera oleada de sus guerreros indios contra San Luis el 26 de mayo de 1780. Esta primera acometida apuntó al norte del asentamiento, zona aparentemente indefensa. Sin embargo, los atacantes pronto descubrieron que la posición había sido bien fortificada. Desde la torre donde se elevó el propio De Leyba, los cañones dieron una atronadora bienvenida a los atacantes. Los 150 mosquetes colocados en las trincheras repelieron un ataque que, de haber tenido éxito, podría haber cambiado el curso de la historia estadounidense. En apenas dos horas se fraguó una victoria española sobre una fuerza tan superior. El éxito de De Leyba resultó clave para mantener el suministro de armas, municiones y otros bienes a los rebeldes a través del gran río Mississippi y para frustrar toda la ofensiva.
El ceutí murió el 28 de junio de ese mismo año, probablemente de malaria, y fue enterrado frente al altar de la iglesia parroquial de San Luis. Carlos III, que desconocía que había fallecido, ascendió a Fernando de Leyba a teniente coronel en reconocimiento a “la vigorosa defensa” que había hecho de San Luis.
Este informe, que ha sido producido con la colaboración de la Secretaría General de Defensa, se enmarca dentro del trabajo de The Hispanic Council de acercar al gran público a personajes españoles que contribuyeron a forjar la historia Estados Unidos.