El Museo de la Ciudad de Nueva York expone hasta el 7 de septiembre de 2014 la exposición “Palacios para el pueblo: Gustavino y el artes del alicatado” en honor al  valenciano Rafael Guastavino y su hijo Rafael Guastavino i Exposito, dos arquitectos que revolucionaron la construcción con ladrillo y baldosas en Estados Unidos.

Rafael Guastavino i Moreno nació en Valencia en 1842. Estudió en Barcelona en la Escuela de Maestros de Obras y se trasladó a Nueva York en 1881, ciudad en la que comenzó su carrera hacia la fama, aunque no siempre del todo reconocida.

Su primer trabajo para el prestigioso estudio McKim, Mead & White, construyendo sin cobrar la bóveda de la Biblioteca Pública de Boston

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. Con esta obra dio a conocer una nueva forma de construcción en la que el ladrillo y la baldosa alicatada son los protagonistas, construyendo estructuras ligeras muy resistentes.

A partir de ese momento y tras varias obras de gran nivel, fundó en 1888 Guastavino Fireproof Construction Company, su propia compañía, con la que él y su hijo llegaron a tener 12 oficinas en todo el país, su propia fábrica de ladrillos y baldosas y varias patentes sobre formas y técnicas de construcción.

A lo largo de toda su trayectoria, los “Guastavinos” completaron 1.000 obras en Estados Unidos, 250 de ellas en Nueva York, además de otros trabajos en Canadá, India o Cuba. Suyas son las bóvedas del restaurante Oyster de la Estación Grand Central de Nueva York, parte del Zoo del Bronx, la Catedral de San Juan el Divino, la estación City Hall de la línea 6 del metro de Nueva York, el Museo Nacional de Washington, los Archivos Nacionales y varias zonas de las universidades de Harvard, Berkeley, Yale, Columbia o el MIT de Boston.

Obras que el Museo de Nueva York recoge en imágenes en la exposición dedicada a Gustavino, el que fue bautizado por el New York Times a su muerte en 1908 como “el arquitecto de Nueva York”.