Archer Huntington fue el fundador de la Hispanic Society of America. Pero fue mucho más que eso. Arqueólogo, bibliófilo, filántropo, poeta y un verdadero apasionado por la cultura española. Una pasión que lo llevó a emprender todos los grandes proyectos de su vida y dejar un legado muy rico atrás. 

Para entender su fascinación por España, hay que conocer un poco de su vida. Huntington nació en la ciudad de Nueva York el 10 de marzo de 1870. Era el único hijo de uno de los hombres más ricos de América, Collis Potter Huntington, constructor del ferrocarril Central Pacific y propietario de la Newport News Shipbuilding and Drydock Company. Asistió a las mejores escuelas privadas de Nueva York en donde le enseñaron griego y latín, historia y literatura. Su primer contacto con el español lo tuvo con los jornaleros mexicanos del rancho de su tía, cerca de San Marcos (Texas). Y, aunque este primer encuentro despertó interés en él, no fue hasta la compra en Londres de The Zincali: An Account of the Gypsies of Spain (Londres, 1841), de George Borrow, en su primer viaje a Europa en 1882, cuando se encendió su pasión por España y su cultura para toda la vida. 

Inspirado por el Zincali de Borrow y otros libros de sus libros, Huntington comenzó su instrucción formal en español en casa a la edad de 14 años con una tutora de Valladolid a la que persuadió para que le hablara de su ciudad natal y de España. En marzo de 1889, acompañó a sus padres en un viaje de negocios a México, donde por primera vez experimentó directamente la cultura hispana, asistió a una cena formal ofrecida por el presidente Porfirio Díaz en el Castillo de Chapultepec y tomó la decisión de establecer un «Museo Hispano», una resolución que tendría un profundo impacto en el resto de su vida. Con eso en mente, Huntington comenzó a catalogar su biblioteca española y emprendió una serie de viajes a España y Europa para ampliar su colección de libros y artefactos españoles. En una ocasión, Huntington viajó a España con el profesor William I. Knapp de la Universidad de Yale, quien le instruyó en rasgos culturales que él no conocía y día tras día su fascinación aumentaba.

En el verano de 1895, Huntington se casó con su prima Helen Gates Criss en Londres. Su padre regaló a la pareja una finca llamada Pleasance en Baychester junto con tres cuadros españoles, entre los que se encontraba el Retrato de Don Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, de Antonio Moro. Aunque algunas personas en su entorno reprochaban su proyecto, Huntington siguió definiendo su concepto de «Museo Hispánico”. Como le dijo a su madre: «Mi coleccionismo siempre ha tenido por fondo, ya sabes, un museo. El museo que debe tocar ampliamente las artes, la artesanía, las letras. Debe condensar el alma de España en significados, a través de obras de la mano y del espíritu. Deseo conocer España como España y así expresarla en un museo. Es todo lo que puedo hacer. Si puedo hacer un poema de un museo será fácil de leer» (The Hispanic Museum and Library). 

En enero de 1902, compró la codiciada biblioteca del Marqués de Jerez de los Caballeros, la mejor colección privada de literatura española antigua de la época. Finalmente, con la compra de un terreno en el Alto Manhattan y una dotación inicial, el 18 de mayo de 1904, Archer Huntington ejecutó el Acta Fundacional de una biblioteca y un museo español que se llamaría The Hispanic Society of America. El objeto de la institución era el «avance del estudio de las lenguas, la literatura y la historia españolas y portuguesas». Desde la apertura del museo, Huntington ha contribuido a la divulgación de la cultura hispana en Estados Unidos con numerosos proyectos, incluido mayor encargo de Joaquín Sorolla llamado Vision of Spain. Hasta el día de hoy se puede visitar este grandioso museo y las maravillas que este entusiasta coleccionó durante toda su vida.