Habrá reforma migratoria. Eso es lo que aseguró el pasado 2 de octubre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el discurso que dio en el evento Anual del Caucus Hispano del Congreso (CHCI). Su objetivo principal: tranquilizar a los activistas de inmigración, asegurando que habrá resultados entre las elecciones de noviembre y final del 2014.
Consciente de la frustración de la comunidad inmigrante, el presidente Barack Obama pidió a los hispanos que sigan creyendo en él porque sí cumplirá con su promesa en cuestión de migración
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. Un compromiso que estaba previsto llevar a cabo al final del verano, pero que tendrá que esperar tras las elecciones. Obama prometió y dijo: “No me voy a dar por vencido en esta lucha hasta que la logremos”, independientemente de si el Congreso vota por una reforma migratoria, o no.
El presidente Barack Obama citó la reforma migratoria como uno de los pasos necesarios para consolidar los avances económicos que ha hecho el país desde la crisis financiera de 2008 y volvió a urgir al Congreso a aprobarla. Además, se mantiene comprometido con una reforma legislativa y para ello va a explicar al país en los próximos meses por qué la inmigración ayuda a la economía.
Pero no todos los asistentes creyeron las palabras esperanzadoras de Obama. Entre el público se encontraba Blanca Hernández, mexicana de origen, quien no dudó en interrumpir el acto porque, según explicó a los periodistas en el exterior del Centro de Convenciones, «estoy harta de seguir oyendo tantas promesas sin que pase nada”.
Pero el Presidente no desistió en su propósito: que tengan confianza en él. “Hace seis años, les pedí que creyeran y esta noche les pido que sigan creyendo”, afirmó Obama. Además de destacar los logros de su Administración para el avance social y económico de los hispanos, Obama culpó a los republicanos por el estancamiento de la reforma migratoria e instó a los hispanos a que voten en noviembre. “Sí se puede si votamos”, afirmó Obama en español.
