Leopoldo Martínez Nucete es el primer venezolano en formar parte del Comité Nacional Demócrata, el órgano partidista que elabora una estrategia programada, asiste a sus miembros y recaba fondos para las campañas electorales. El Comité se aleja, en parte, de la política del día a día para centrarse en el medio y largo plazo electoral.

Martínez Nucete fue durante el lustro 2000-2005 diputado en su país natal. Actualmente, preside el Centro para la Democracia y el Desarrollo de las Américas desde EE.UU, además de ser el editor de IQ Latino y Presidente de la Junta Directiva de Latino Victory Project, la plataforma desde la que se lanzó Tom Pérez a la presidencia del DNC. Asimismo, trabajó en el equipo especializado en el voto hispano de Hillary Clinton durante la campaña de ésta. Su ámbito profesional se desarrolla en el sector de la consultoría enLMN Consulting, compañía de la que está al frente.

¿Son los hispanos conscientes del poder de su voto? Desde hace años se refieren a ellos como «el gigante dormido» pero en el horizonte está la amenaza de convertirse en «el gigante durmiendo».  

 El gigante se ha ido despertando, y tomando conciencia no solo del poder de su voto; sino del derecho a tener voz, representación efectiva en el sistema político.

Si analizas las elecciones del 2016, la contribución en voto popular de los hispanos para el partido demócrata y su candidata Presidencial fue históricamente alta, Obama fue electo presidente el 2012 en buena medida gracias a la movilización del voto hispano. Las elecciones presidenciales en 2016 se perdieron en el sistema del colegio electoral, ganando el voto popular, y por diferencia mínima en Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, tres estados tradicionalmente demócratas y en los cuales la población hispana es muy pequeña. En Florida, Hillary Clinton obtuvo la mayoría del voto, incluyendo el voto hispano, en Miami-Dade, Broward, Palm Beach y el corredor de la I4 (Orlando-Tampa), y muy especialmente el voto de los puertorriqueños que ha crecido enormemente en Florida. Incluso el voto Cubano-Americano experimenta un quiebre generacional clarísimo, los republicanos ganan el voto de los mayores; pero en las nuevas generaciones y los «millennial» de este origen, el voto favorece a los demócratas. Entonces el voto hispano no fue el gran ausente en 2016, por el contrario, fue significativo, tanto así que se incrementó la participación de congresistas de origen hispano y se eligió por el estado de Nevada la primera mujer hispana al Senado de los EEUU: Catherine Cortez-Masto.

El problema es que queda mucho que hacer en materia de registro electoral. Allí es donde se encuentra el gran potencial. La gente inscrita viene incrementado su participación gradualmente, pero los que se abstienen y los que pudiendo registrarse para votar no lo han hecho todavía, allí está la clave. Pero también, estamos luchando contra dos procesos muy perversos impuestos por las legislaturas estatales controladas por mayoría republicanas: el «gerrymandering» y la «supresión de electores». Hay estados que hacen todo lo posible para impedir el registro de nuevos electores hispanos y afro-americanos, de nuevos electores de la población inmigrante que ha adquirido recientemente su nacionalidad. Luego, el «gerrymandering» agrupa arbitrariamente a los electores en distritos geográficamente absurdos, diluyendo el voto de las nuevas mayorías que se están constituyendo en base a una colación social más amplia en la participan los hispanos, que por supuesto, por su tendencia progresista, no favorece a la plataforma republicana.

 ¿Qué expectativa tiene para las elecciones de medio término?  

En principio se quiere cambiar la composición del Congreso. Poner un freno efectivo a los desmanes de Trump por esa vía preparando el terreno para una gran victoria en las presidenciales del 2020. Las elecciones en Virginia en noviembre del 2017 nos dan aliento para esa lucha. Sin embargo, en el Senado solo se renuevan 1/3 de los escaños y son más los demócratas que van a reelección que los republicanos expuestos. Es posible, pero no es una lucha fácil, retomar en esta vuelta el control del Senado. Controlar la Cámara de Representantes, o cerrar significativamente la brecha actual, es a pesar de las distorsiones creadas por el «gerrymandering» una meta posible, simplemente por el nivel tan alto de rechazo que tiene Donald Trump. Trump no solamente gana la presidencia por el sistema de colegios electorales sin el voto popular mayoritario, a un año de su elección es el presidente con el nivel de aprobación más bajo en la historia según Gallup.

 ¿Cómo valora su nombramiento como miembro del Comité Nacional Demócrata? 

 Tom Pérez es un líder de vanguardia, un progresista que se anticipa a los cambios y los hace viables. Los resultados de su primer año de gestión al frente del partido lo demuestran, invirtiendo en la construcción de una alternativa en todo el territorio nacional y con énfasis en la inclusión social. En mi caso, la distinción que se me hace como el primer venezolano-americano en integrar la dirección nacional, en la historia de los dos grandes partidos políticos de los EEUU, refleja el potencial que los demócratas ven en la creciente población venezolano-americana y la importancia que le dan a la solución de la crisis en Venezuela en nuestra agenda política.

 ¿En qué punto considera que se encuentran las relaciones España-Estados Unidos? 

 El potencial es inmenso no solo el plano comercial sino en áreas específicas como la energética, concretamente en materia de renovables. Articular una agenda de cooperación y desarrollo que triángule a los EEUU, España y América Latina es un proyecto necesario, esperanzador, de gran alcance. Tenemos que abrirle los ojos al «establishment» de los EEUU sobre esta oportunidad más allá de lo que usualmente se aprecia. Apuesto a que el creciente liderazgo de los hispanos en EEUU pueda contribuir en esa dirección.

 En los últimos tiempos se está reivindicando la herencia hispana de Estados Unidos, ¿cómo cree que puede enfatizarse? 

Es preciso educar a las nuevas generaciones. Promover el aprendizaje del español y la educación bilingüe, bicultural. Mas allá de las olas migratorias, los hispanos somos parte fundamental y originaria de la integración de la nación estadounidense. Millones de hispanos en Texas, Nuevo Mexico, Arizona, Colorado o California no cruzaron la frontera, la frontera los cruzó a ellos. San Agustín en Florida es la ciudad más antigua de los EEUU, junto a San Antonio en Texas, así como muchas otras ciudades del oeste del país son testimonio de la fuerza y el aporte cultural, social y económico que los hispanos han hecho desde el mismo principio del nacimiento de los EEUU.

La independencia de Texas y su lucha por vivir en una democracia, cosa que se perfeccionó luego al incorporarse a la federación en 1837, hubiese sido imposible sin los hispanos de origen Mexicano que luchaban por una mejor vida junto a Sam Houston y en contra de la dictadura de Santa Anna en México. Esa historia, ese legado tiene que leerse en las escuelas. Proyectarse a nuestro tiempo junto con el rostro positivo de la inmigración hispana y nuestras contribuciones efectivas al desarrollo del país. Esa narrativa no se expresa con suficiente énfasis. Y hay cosas que por sabidas se callan y por calladas se olvidan. Sobre todo, cuando hay otros hablando solos y desformando la historia y la realidad.

¿Qué papel realiza desde Latino Victory, el CDD de las Américas y IQ Latino? 

 Latino Victory se dedica al empoderamiento político de hispanos

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. Los hispanos somos el 19% del poder electoral pero solo el 3% de los funcionarios electos para cargos de representación popular es de origen hispano. Nos proponemos cerrar esa brecha con programas de reclutamiento, entrenamiento e inversión en campañas electorales a favor de los candidatos hispanos que emergen de nuestro proceso de empoderamiento. Desde Latino Victory también lideramos campañas abogando por las demandas sociales, económicos y políticas sociales de los hispanos, por ejemplo: la batalla a favor del camino a la ciudadanía para los inmigrantes y los jóvenes sonadores, las mejoras salariales y la igualdad salarial de género, una economía de oportunidades crediticias y de crecimiento para la pequeña y mediana empresa, la reforma sanitaria y el acceso a la educación superior, la defensa de las conquistas en materia de derechos civiles, junto a la conservación del medio ambiente, son temas que nuestros estudios de opinión reflejan prioritarios para los hispanos. Nuestra agenda es una de oportunidades e inclusión social y económica, para ello necesitamos que nuestras voces alcancen poder político.

 CDDA es un «think-do» tank. Trabajamos en el campo del pensamiento y la acción. Nuestro objetivo es colocar las relaciones entre Estados Unidos e Iberoamérica en un orden mayor de prioridad en la agenda política de Washington. Desde allí también hemos hecho un enorme esfuerzo de cooperación con la sociedad civil venezolana en su lucha por recuperar la democracia. El tema de Venezuela ha sido prioritario más allá de por razones personales, por la dimensión estratégica que tiene en la región en este momento.

IQ Latino se enfoca en el empoderamiento económico de los hispanos en los EEUU; y al hacerlo, nuestra plataforma editorial destaca las contribuciones de los hispanos en el mundo de los negocios, la ciencia o tecnología, la academia y el emprendimiento de impacto social. Cuando se habla de los hispanos en la narrativa de Trump se nos demoniza, pero no solo se oculta el inmenso aporte de los inmigrantes hispanos a la sociedad americana con su trabajo, sino también se nos mal caracteriza, de forma que se pierde de vista el poder de consumo, la contribución fiscal y el carácter emprendedor de los latinos; un dato muy importante, por ejemplo: el 28% de los nuevos negocios que se establecen anualmente en los EEUU son propiedad de hispanos o latinos. Casi un tercio de la pequeña empresa que para muchos en la columna vertebral del tejido económico del país.