Inés Royo, Investigadora de The Hispanic Council, analiza las claves del primer debate entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump y Hillary Clinton, celebrado anoche en Nueva York.
1. Pocas propuestas para los no convencidos.
En el primer debate presidencial se esperaba que ambos candidatos lanzarán una propuesta tras otra para lograr convencer a los grupos indecisos, los independientes o los millennials, los votantes que a seis semanas de la elección siguen sin saber a quién van a votar. Sin embargo, apenas se escucharon algunas ideas sobre cómo alcanzar la prosperidad económica o cómo conseguir reducir el crimen en el país, aunque sin grandes explicaciones. Tampoco se trataron algunos temas previstos como la inmigración, un asunto clave para la comunidad hispana.
2. Muchos ataques personales.
Lo que si se vio ayer entre Donald Trump y Hillary Clinton fueron muchos ataques personales en un debate muy negativo. Trump le echó en cara a Clinton que en 30 años de actividad política no ha hecho nada (“la típica política, todo suena bien pero nada de acción”), recordó que su marido firmó uno de los peores acuerdos comerciales del país (por el NAFTA) y le pidió que publicara los 33.000 emails borrados de su cuenta oficial cuando ocupaba la Secretaría de Estado. Por su parte, Clinton insistió en que Trump ha mentido en varias ocasiones durante la campaña, le recordó que insultó a las mujeres y le pidió que publicara sus declaraciones de la renta si es cierto que no tiene nada que ocultar. Trump le devolvió la pelota a Clinton: “Cuando tú publiques los emails, yo publico mi declaración aunque no me lo recomiendan mis abogados”.
3. Se vio un Trump calmado pero no fue suficiente.
En contra de todos los pronósticos, Donald Trump se mostró lejos del candidato nervioso y agresivo de los debates de las primarias. Durante la primera media hora estuvo muy relajado y tuvo grandes intervenciones pero después se puso algo nervioso, interrumpía constantemente a Clinton y al moderador y, a pesar de que quiso mostrar sus ideas, lo hizo de forma desordenada y poco clara. En el debate paralelo de las redes sociales los fact-check que comprueban en directo si los candidatos mienten o no, Trump no salió muy bien parado.
4. Clinton se preparó el debate y se mostró más presidencial.
Durante el encuentro, Hillary Clinton se mostró tranquila, en algunas ocasiones sonriente frente a los ataques de Trump y supo responder de forma contundente a cada uno de los temas y ataques del republicano. Demostró que había preparado el debate y estaba lista para cualquier comentario de su adversario, quien intentó ridiculizarla en varias ocasiones; una preparación que admitió de forma explícita lanzando una de las frases de la noche: “Trump sólo me critica por haber preparado este debate. ¿Y sabes para qué más me he preparado? Para ser presidente». Y, en efecto, anoche Clinton se mostró más presidencial que su contrincante.
5. Un moderador ausente.
Las crónicas previas al debate situaban al moderador, Lester Holt, como uno de los puntos que no había que perder de vista. Sin embargo, apenas participó y cuando lo hacía para pedir al público que no aplaudiera o comentara o a los candidatos para cambiar de tema o terminar con sus respuestas, Donald Trump le interrumpía y le decía que le dejara concluir su intervención.
El segundo debate entre Clinton y Trump tendrá lugar el próximo 9 de octubre desde Washington University en St. Louis, Missouri. El próximo día 4 se enfrentarán los candidatos a la vicepresidencia, Tim Kaine y Mike Pence, desde Longwood University, en Farmville, Virginia.