Inés Royo, Investigadora de The Hispanic Council, analiza las claves del tercer y último debate entre Donald Trump y Hillary Clinton antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo 8 de noviembre.

 

1. Al menos al principio hubo más contenido.

Los analistas y los ciudadanos demandaban contenido y propuestas tras los dos primeros debates y ayer lo obtuvieron. Aunque solo durante la primera media hora. Los candidatos expusieron sus ideas sobre el nombramiento de jueces del Tribunal Supremo, su opinión respecto a la Segunda Enmienda que defiende la tenencia de armas o sobre el aborto. Después, por fin, explicaron su visión de la cuestión migratoria y algunas ideas para mejorar la economía. Pero tras esta primera parte, el resto de los 90 minutos que duró el debate, se vio lo mismo que en los encuentros anteriores: ataques, interrupciones, acusaciones personales y mucha hemeroteca.

2. Clinton, de nuevo más presidenciable.

Hillary Clinton volvió a demostrar que estaba muy preparada para el debate y se mostró otra vez más presidenciable que su contrincante

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. Explicó con algo más de profundidad alguna de sus propuestas en cuestiones determinantes como la inmigración, las armas o la economía y se dirigió a segmentos clave como las mujeres o los jóvenes, al denunciar la actitud de Trump hacia las mujeres y recordar que el plan económico que presenta lo ha trabajado junto a Bernie Sanders, su rival en las primarias. A pesar de la preparación, la respuesta a la última pregunta sobre por qué debe ser la futura Presidenta de EEUU fue muy floja y perdió la oportunidad de cerrar bien el ciclo de debates.

3. Trump mejoró mucho pero no lo suficiente.

Durante la primera media hora del debate se vio a un Trump mucho más calmado, explicando sus propuestas con contenido y determinación. Sin embargo, después se volvió a ver al Trump de siempre poniéndose nervioso y atacando e interrumpiendo a su oponente. En sus mejores momentos Trump reafirmó sus ideas sobre el aborto o el control de armas, dos de las cuestiones que más le acercan a los conservadores, y no dudó en mostrar su orgullo de contar con el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle. Al igual que Clinton, su mensaje final no fue bueno dejando en el aire los motivos por los que merece ser Presidente.

4. Entre Wikileaks, los Emmy y la posible negación de los resultados. 

Desde hace varios años, las campañas de Estados Unidos y los debates se viven también en las redes sociales. Y anoche no fue la excepción. En la hora y media que duró el encuentro tres de los temas más comentados por periodistas y consultores fue la alusión a Wikileaks como la vía principal de Rusia para influir en las elecciones de EEUU, expuesta por Clinton, y la falta de compromiso de Trump por aceptar los resultados de las elecciones en caso de que él pierda. “En el momento veré si los aceptamos”, dijo Trump. Ante esta declaración Clinton no perdió la oportunidad de recordar las veces que Trump ha hablado de manipulación o error cuando las cosas no salen como él quiere, como en 2012 cuando no ganó un premio Emmy o durante las primarias republicanas cuando los resultados no le eran favorables.

5. El mejor moderador de esta campaña.

Por primera vez un periodista de FOX fue el moderador de un debate presidencial. Una tarea que se confió a Chris Wallace y que cumplió con seriedad, rigor y corrección, aunque en varios momentos se mostró muy duro contra Hillary Clinton. Sin embargo, la polémica en torno a la moderación del debate fue previa y se convirtió en una forma simbólica de que la cadena estadounidense enterrara por fin el hacha de guerra contra Trump y su partido. Durante meses, Trump y FOX estuvieron separados por diversas causas: primero fue el enfrentamiento entre la periodista de la cadena Megyn Kelly y Trump en el primer debate, después la negativa de Trump de participar en el debate de febrero organizado por FOX y, a finales de agosto, el anuncio del republicano de la contratación como asesor de campaña de Roger Ailes, fundador del canal FOX que había dimitido en junio tras conocerse la denuncia por acoso sexual interpuesta, entre otras trabajadoras, por la propia Megyn Kelly. Disputas que durante la campaña ya han ido solucionando.