Los niveles de desempleo de Estados Unidos se sitúan en niveles inferiores a octubre de 2008, según los datos del pasado mes de enero difundidos por la Bureau of Labor Statistics del Departamento de Trabajo. La tasa de desempleo se sitúa en 6,6%, con 10,2 millones de personas sin trabajo.

Cifra que se aproxima a las condiciones previstas por la Reserva Federal (que el desempleo sea superior a 6,5% y la inflación no supere el 2,5%) para seguir manteniendo los tipos de interés próximos a cero.

En enero de 2014 se crearon 113.000 puestos de trabajo (datos de los empleos no agrícolas). Los sectores de la construcción (+48.000 empleos), industria manufactura (+21.000), comercio al por mayor (+14.000) y minería (+7.000), son los que más han crecido, frente a los cargos federales (-12.000, 9.000 de ellos del servicio de correos) y el comercio minorista, (-13.000) que son los que más trabajadores han perdido en el último mes.

Con estos datos, se alcanzan ya 47 meses consecutivos de crecimiento en el sector privado, sumando 8,5 millones de empleos en casi 4 años (2,3 de ellos en el último año).

A pesar de las mejoras publicadas hay dos datos que preocupan al Gobierno: los desempleados de larga duración y la diferencia entre los niveles de educación de los trabajadores. Según el Departamento de Estado, más de 3,6 millones de personas llevan más de 27 semanas sin trabajar y la brecha existente entre aquellos parados que no han terminado la secundaria (el 9,6%) y los que tienen título universitario (3,2%) siguen intensificando la variación de oportunidades según el nivel educativo alcanzado.