Según algunas estimaciones, de seguir con la tendencia de crecimiento actual, para 2025 el 25% de la población de EEUU será hispana. Un panorama que no sólo se deja ver en los cambios sociodemográficos y culturales de muchos estados del país, sino que también comienza a instaurarse en los puestos de responsabilidad política del país.
Tras las elecciones del 6 de noviembre de 2012 la Cámara de Representantes de Estados Unidos alcanzó un nuevo récord con 28 hispanos ocupando alguno de sus escaños (23 de ellos demócratas y 5 republicanos) mientras que el Senado alcanzó un total de 3, sumando un nuevo representante latino con la elección del senador por Texas Ted Cruz. En cómputo dos republicanos (el propio Cruz y Marco Rubio) y un demócrata (Robert Menéndez).
De esta forma 31 políticos de origen latino ocupan un puesto en alguna de las dos cámaras del Capitolio. Nueve de ellos son de California, siete de Texas, cuatro de Florida, dos de Arizona, Nuevo México, Nueva York y Nueva Jersey y uno por Washington, Illinois y Idaho.
También las gobernaciones y cámaras estatales siguen sumando representantes latinos. A los gobernadores hispanos de Nuevo México (Susana Martínez) y Nevada (Biran Sandoval), según datos ofrecidos por la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO, National Association of Latino Elected and Appointed Officials), se suman actualmente 276 hispanos en puestos locales, 70 de ellos en los senados estatales y 206 en las asambleas. Muchos de ellos en estados donde la mayoría de la población no es latina.
Sin embargo, el poder legislativo no es el único que cuenta con cada vez más representación latina. En el poder judicial la jueza Sonia Sotomayor ocupa uno de los nueve puestos en la máxima institución judicial del país, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos y, en los próximos meses, Thomas Pérez podría sentarse en la mesa del gabinete del poder Ejecutivo ocupando la Secretaria de Trabajo en el equipo del presidente Obama.