La empresaria californiana  María Contreras-Sweet, es desde el pasado 7 de abril la nueva directora de la United State Small Business Administration (SBA), la agencia independiente del gobierno federal creada en 1953 para proteger los intereses de las pequeñas empresas de Estados Unidos.

Nacida en Guadalajara (México) en 1955, Contreras-Sweet fue nominada por el presidente Barack Obama para ocuparse de la SBA en enero y aprobada en votación por el Senado el pasado 27 de marzo. A lo largo de su carrera profesional ha ocupado varios puestos en la empresa privada y el sector público. Destaca la fundación del ProAmerica Bank, el primer banco comunitario que atiende las necesidades de pequeñas y medianas empresas de hispanos, y su cargo como Secretaria de Empresas, Transporte y Vivienda en California, convirtiéndose en la primera latina en ocupar un puesto en el gabinete del estado.

Durante la ceremonia, María Contreras-Sweet juró su nuevo cargo ante el presidente Obama y el vicepresidente Biden, y declaró que su misión será “que la agencia sea tan innovadora como los negocios a los que sirve”.

Entre las pequeñas empresas destaca el espíritu emprendedor de los hispanos. Como destacó el vicepresidente Biden durante el evento, recalcando la labor de Contreras-Sweet como ejemplo de inmigrante emprendedora, “la comunidad empresarial hispana es absolutamente clave para el crecimiento económico del país”.

En Estados Unidos las empresas hispanas crecieron diez veces más rápido que la población general del país. En 1990 había registradas 577.000 empresas de hispanos, mientras que la cifra ascendió a 2 millones en 2012. Un crecimiento del 249% frente al 14% de las empresas de personas no latinas.

En 2012, el 10% de la población general era emprendedora, mientras que entre la comunidad hispana esta cifra ascendía al 11,7%. Concretamente entre los mexicanos en 2012 uno de cada diez mexicanos tenía en marcha una empresa.

Estudios y datos de las agencias del gobierno confían en que con la aprobación de la reforma migratoria las empresas hispanas crezcan en tamaño y facturación, contribuyendo al desarrollo de la economía del país. En los últimos años, durante la crisis económica, la creación de empresas hispanas no cesó. De haberlo hecho se calcula que en 2010 hubiera habido medio millón de desempleados más en Estados Unidos.