Según el informe que presentó el 12 de septiembre la Oficina del Censo de los Estados Unidos, los hispanos son el grupo que más aumenta su poder adquisitivo de todo el país

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. En concreto el ingreso medio de los hogares hispanos aumento un 3,7% en 2017, más del doble de lo que crecieron el total de los hogares americanos. Sin embargo, es algo que ya no sorprende tanto o al menos no debería.

Varios estudios de universidades como Stanford o Harvard sugieren que los hispanos actualmente tienen una capacidad de movilidad social mucho mayor que la que tenían anteriores generaciones. Si bien es cierto que los datos constatan que la población hispana avanza más lento que la blanca, también demuestran que lo hacen más rápido que los asiáticos y la población de raza negra. Hay un dato muy ilustrativo: el 28% de los hispanos que crecieron formando parte de la clase media baja ahora pertenecen a la clase media alta.

Parece que el gigante hispano se está moviendo a pasos cada vez más grandes y que está creando un tejido social asentado y con recursos. Los expertos en asuntos hispanos creen que es indiscutible que la comunidad hispana se está convirtiendo en una fuerza económica arrolladora. Hay muchos factores que explican cómo se ha ido produciendo este cambio, aunque la educación parece sin duda ser uno de los más significativos.

Según el Pew Research Center, la mitad de los estudiantes hispanos graduados de educación preparatoria accedieron a la universidad en 2016, esa cifra únicamente llegaba a un tercio en 1999. Entre 2006 y 2016 la población hispana en las escuelas estadounidenses se duplicó, pasó de 8,8 millones a 17,8 y actualmente representa el 22% de la población escolar total. Esto complementa el hecho de que muchos hispanos ya son ciudadanos de segunda o tercera generación, que aun identificándose como hispanos se han integrado en su totalidad en la sociedad estadounidense. El salto a empleos más remunerados, una mayor preparación y un crecimiento demográfico hacen presagiar que el auge de la clase media hispana en EEUU es una realidad con un futuro prometedor.