José Herrera se incorpora al Consejo Asesor de The Hispanic Council

The Hispanic Council sigue reforzando su Consejo Asesor con la incorporación de José Herrera, Director Adjunto de Relaciones Internacionales de la Fundación FAES desde enero de 2003, y Director Regional para América Latina en Friends of Israel desde diciembre de 2013.  Cuenta con una amplia experiencia en el ámbito de los think tanks en España, Estados Unidos e Iberoamérica. Con motivo de su nombramiento como nuevo miembro del Consejo Asesor de The Hispanic Council hemos querido conocer con más detalle su visión sobre el panorama de los think tanks a nivel nacional e internacional.

¿Qué papel desempeñan los think tanks en España? ¿Y cuál es su principal actividad?

Los think tanks en España, al igual que en el resto del mundo, son organizaciones que ponen en contacto al mundo académico con el poder político. La gran diferencia respecto al mundo anglosajón fue la vinculación de los primeros think tanks españoles a unos partidos políticos que se encontraban entre los principales del mundo por número de afiliados y estructuras. A pesar de esa vinculación, los think tanks españoles han conseguido trabajar en el horizonte del largo plazo sin los condicionamientos que imponen los tiempos electorales y con mayor independencia que los partidos a la hora de captar el talento latente en la sociedad, lo que les ha permitido afrontar en profundidad y sin apasionamientos ideológicos temas relevantes para el futuro de España. En los últimos años han surgido otros think tanks de perfil más independiente que están haciendo un gran trabajo en el ámbito de las propuestas estratégicas de futuro.

¿Qué pueden aportar a la sociedad?

En primer lugar, pueden ayudar a establecer debates académicos sobre las prioridades a largo plazo de nuestro país. Además pueden facilitar la conexión entre unas élites intelectuales distanciadas de la política y los ámbitos en los que se toman decisiones. También han jugado un papel importante en el ámbito de la cooperación, al establecer redes internacionales de colaboración con think tanks, partidos políticos, universidades, organizaciones de la sociedad civil, empresas, medios de comunicación y con individuos relevantes de otros países. Por último, creo que son especialmente útiles y acertados a la hora de anticipar problemas estratégicos y hacer diagnósticos de futuro.

Los think tanks son un ejemplo de la modernidad e innovación de las ciencias sociales que se lleva a cabo sobre todo en el siglo XX en Estados Unidos,  ¿cuándo llega esta moda de a Europa?

No creo que se trate de una moda. En Estados Unidos los think tanks surgieron a principios del siglo XX, y hoy son más importantes que nunca. Aparecieron vinculados a las élites intelectuales de las universidades, posteriormente ejercieron tareas de investigación bajo encargo de diferentes gobiernos y más tarde se reinventaron al lado de la derecha ideológica y de los grupos de poder. Han ido evolucionando y se han adaptado a la coyuntura histórica, pero nunca han dejado de ser esenciales a la hora de buscar soluciones a los principales problemas del país, ya fueran estos la búsqueda de la paz tras las Guerras Mundiales, la superación de las tensiones de la Guerra Fría o la definición de un a política energética autosuficiente.

En Europa llegaron más tarde, pero ya hay think tanks que han superado el medio siglo de vida con un éxito notable en sus propuestas y en su influencia, como es el caso de las fundaciones alemanas vinculadas a los partidos políticos, esenciales para la consolidación de las reformas políticas en algunos procesos de transición a la democracia. En España el salto definitivo se produce a finales del siglo pasado, cuando España deja de ser receptor de ayudas de cooperación al desarrollo para convertirse en país donante. Es en ese momento, en el marco de la redefinición del modelo de cooperación internacional española, cuando se decide optar por un modelo parecido al alemán, en el que los think tanks vinculados a partidos cuenten con líneas de financiación pública que garanticen la sostenibilidad del modelo a largo plazo.

¿Qué pueden aprender los think tanks españoles de los de USA?

Podemos aprender muchísimo sin duda, pero entendiendo que se corresponden con dos modelos de sociedad muy diferentes y que jugamos en diferentes ligas. En España aún es impensable un grado de compromiso filantrópico como el de la sociedad norteamericana, donde las empresas y los ciudadanos destinan cada año una parte de sus ingresos a apoyar este tipo de iniciativas. Eso permite que, en la mayor parte de los casos, los think tanks dependan exclusivamente de recursos privados y, en el caso de los más importantes, que su presupuesto puede llegar a ser hasta cien veces mayor que el de un think tank español de los más importantes…

¿A qué retos se enfrentan los think tanks en España?

El principal es la sostenibilidad del modelo, muy especialmente en un momento en el que todos los consensos democráticos parecen estar en cuestión. Sería un error garrafal considerar que los think tanks -al igual que los partidos- son instituciones obsoletas. Los países que han optado por el desmantelamiento de las instituciones democráticas -y en Europa los think tanks lo son- han experimentado un retroceso sin precedentes. Para evitarlo, es importante hacer una mayor labor pedagógica sobre el papel que pueden jugar, a diferencia de otros ámbitos académicos, a la hora de influir eficazmente en la toma de decisiones políticas nacionales e internacionales. Por último, creo que aún nos queda un gran trecho a la hora de lograr que las principales cabezas del país firmen colaboraciones a largo plazo con los principales think tanks, pero eso sin duda está muy condicionado por los recursos disponibles.

En el contexto actual, ¿qué valor añadido aportan los think tanks y qué futuro les augura?

Son más importantes que nunca. No deja de ser paradójico que los think tanks hayan explicado la Transición española como referente para muchos países de la Region MENA o América Latina mientras en España algunos se empeñan en enterrar los consensos de esa misma transición retrotrayéndonos a viejos enfrentamientos ideológicos que ya deberían estar superados

. En cualquier caso les auguro buen futuro porque creo que en España existe una gran mayoría silenciosa que es consciente de la importancia de consolidar nuestra democracia, las instituciones, el Estado de derecho, la separación de poderes o las reformas políticas, y en todas esas cuestiones los think tanks pueden colaborar de manera mucho más eficiente que otros tipos de organizaciones de la sociedad civil.