El que fue visitador del virreinato de Nueva España y marqués de Sonora, José de Gálvez y Gallardo, nació en Macharaviaya, Málaga, en 1720. Su familia se aseguró de que pudiera estudiar, primero los asuntos eclesiásticos, bajo el amparo de los obispos de la diócesis de Málaga, y luego Derecho, en las universidades de Salamanca y Alcalá. Su trabajo defendiendo los intereses de Málaga frente a la Corte y sus ventajosos matrimonios con María Magdalena Grimaldo y, fallecida esta, con Luisa Lucía Romet, le situaron en una buena posición social y económica. Por ello, consiguió forjarse un nombre en la Corte y, en 1765 fue designado visitador de Nueva España.
El primer problema al que se enfrentó José de Gálvez desde su nueva posición fue la falta de fondos de la hacienda novohispana, que era especialmente grave teniendo en cuanta su aventajada posición comercial y sus abundantes recursos mineros. Para solventarlo, se encargó de mejorar el servicio de aduanas, especialmente en los puertos de Veracruz y Acapulco, hacer frente a los administradores corruptos y llevar a cabo otras reformas económicas que hicieron que se doblase la recaudación local entre 1763 y 1773.
Aunque parte del nuevo dinero percibido fue enviado a Madrid, José de Gálvez también pudo llevar a cabo ambiciosos proyectos en Nueva España. En concreto, se encargó de organizar y financiar las expediciones que llevarían a cabo Gaspar de Portolá y Fray Junípero Serra. La urgencia de este empeño se debió, principalmente, a la presión ejercida por el Imperio ruso, que estaba empezando a establecer sus propios asentamientos en la costa pacífica de América. Con esto en mente, Gálvez encargó que se estableciesen asentamientos en la Alta California en forma de presidios y misiones franciscanas. De este empeño nacieron pueblos que luego se transformaron en ciudades, como San Diego, Los Angeles, San Francisco, San José o Monterrey.
Después de las ciudades, una de las marcas más visibles del esfuerzo de Gálvez por poblar California es el establecimiento del Camino Real en el territorio que unía los asentamientos principales. En 1902, gracias al esfuerzo de la Federación de Clubs Californianos de Mujeres, esta ruta fue marcada con unas campanas que indicaban su recorrido. En 2019, una de ellas fue retirada por la Universidad de California-Santa Cruz, después de haber sido vandalizada. Al enterarse de esto, la Asociación Bernardo de Gálvez mandó crear una réplica de la campana y se la dedicó a José de Gálvez, en reconocimiento por su papel en el establecimiento de las primeras poblaciones de California.