El 24 de noviembre de 1713, en Petra, un pueblo de la isla de Mallorca, nació Miguel José Serra, en el seno de una familia humilde. Estudió en el convento de San Bernardino de Petra y, cuando contaba dieciséis años, se hizo fraile, ingresando en el convento de Jesús, a las afueras de la ciudad. Es entonces cuando se cambió su nombre al de Junípero, aquel con el que ha pasado a la historia.Fray Junípero Serra, santo desde septiembre de 2015, destacó pronto por sus inclinaciones académicas hacia el estudio de la Filosofía. Esta atracción le llevó a cursar esta disciplina hasta ocupar la cátedra de Teología Escotista de la Universidad Luliana de Palma de Mallorca. Sin embargo, Serra no pasó a la historia por sus doctrinas de pensamiento, homilías o sermones, campos que cultivó con mucho ahínco. Su verdadero cambio de vida se produjo en 1749, cuando se le permitió dejarlo todo para marchar a América y cooperar con la misión evangelizadora en el continente.
Tras pasar por Málaga y Cádiz, tardó tres meses en llegar a costas de Nueva España, actual México. Sus acciones en los casi veinte años por la zona de Sierra Gorda fueron muy reconocidas. Él no basaba su acción únicamente en la evangelización, sino que veía esta acción de apostolado como la consecuencia real de la educación y formación de los indígenas. De esta forma, el santo se preocupaba por inculcarles técnicas de cultivo desarrolladas en Europa, así como ámbitos de la enseñanza media.
Debido a la decisión de Carlos III de expulsar a los jesuitas de los terrenos españoles, las misiones que estos habían desarrollado en la Baja California pasaron a los franciscanos, su orden. En la Baja California, y ayudado por el Visitador General José de Gálvez, organiza la expansión misionera tanto por ese lugar como por la Alta California, región donde destacó su obra. En esta zona fundó un total de 21 misiones, algunas de ellas de principal importancia como San Diego de Alcalá (en la actual San Diego), San Carlos Borromeo, San Antonio de Padua, San Gabriel (en la actual Los Ángeles), San Luis, San Juan Capistrano, San Buenaventura, Santa Clara y San Francisco de Asís (en la actual San Francisco). Además de estas nueve, inició la fundación de Santa Bárbara, que finalmente no llegará a ver por fallecer antes.
Beatificado por San Juan Pablo II en 1988, fue canonizado por el Papa Francisco en 2015, convirtiéndose así en el primer santo hispano de Estados Unidos. Es el único español con una estatua en el Salón Nacional de las Estatuas del Capitolio, lugar dedicado a personajes ilustres en la formación del país y en el que cada estado solo puede proponer dos nombres, siendo San Fray Junípero Serra uno de los dos de California. Además, se le han dedicado varias estampillas postales y, desde junio de este año, posee una estatua en la Basílica Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, iglesia católica radicada en Washington, D.C. y la mayor de todo el país.