Recordamos la figura de D. Francisco Cuervo y Valdés, fundador de la ciudad de Albuquerque en Nuevo México. Nació en Llamero, Asturias, en 1650 y al otro lado del Atlántico fue donde desarrolló gran parte de su carrera. Se sabe que abandonó Asturias a los diecisiete años, aunque no constan las fechas de su traslado a América. Allí, se acredita su presencia unos diez años después (1678), donde era capitán de Infantería en el Real de San Juan Bautista de la provincia de Sonora, en Nueva España. Tres años después fue nombrado alcalde mayor y capitán a guerra de dicha provincia.

Posteriormente logró el ascenso al cargo de gobernador y teniente capitán general de Coahuila. Unos años más tarde, con la bendición del obispo de Guadalajara y el elogio del virrey de Nueva España, fue nombrado nuevo gobernador de la provincia de Nuevo México. Lo cierto es que su periodo de gobernación no fue nada sencillo y debió controlar regularmente alzamientos de tribus nativas rebeldes, para ello, contaba con grandes dotes diplomáticas y consiguió el apoyo de otros nativos aliados que le ayudaron en su labor. Además, los asentamientos españoles eran precarios y la población civil no disfrutaba de las mejores condiciones en las ciudades, pueblos y misiones instauradas por los españoles.

Una de sus labores más importantes como gobernador de Nuevo México fue la ordenación urbanística de la zona. Entre muchos ejemplos, sobresale por su relevancia la fundación de la villa de San Francisco de Albuquerque, elegida ésta por los siguientes motivos: “En buen paraje de tierras, aguas, pastos y leña […] En buen sitio y planta […] Pobladas treinta y cinco familias y en ellas doscientas y cincuenta y dos personas. Con Casas Reales empezadas, y las demás casas de los vecinos acabadas, con sus corrales y acequias sacadas y corrientes. Sembradas las tierras. Todo con buena disposición y sin ningún gasto de la Real Hacienda”.

El legado de este español continúa vivo en la actualidad. En 1985 se decidió la construcción de una estatua dedicada a Francisco Cuervo y Valdés obra del prestigioso artista Buck McCain. Y se inauguró el 23 de abril de 1988, fecha desde la que la ciudad de Albuquerque celebra el Día del Fundador. De hecho, cada abril desde 1988, la ciudad de Albuquerque ha celebrado el Día del Fundador con un desfile que refleja las épocas históricas: Nativa Americana, Española, Mexicana, Territorial y Estatal.