Hablamos con Enriqueta Vila, historiadora y miembro de la Real Academia de la Historia que nos aporta su visión del papel que jugó España en América y la importancia de recordar ese legado tan desconocido para muchos.
¿Cómo nació su amor por la historia? ¿Y más concretamente por la historia de América?
Siempre me gustó la Historia. He sido muy lectora desde muy joven y me apasionaban las biografías, hoy tan de moda como género histórico. Cuando llegué a la Universidad, entre las carreras que podía estudiar en Sevilla entonces, no lo dudé. Elegí lo que era Filosofía y Letras, una licenciatura completísima con tres cursos de comunes en los que se estudiaban todas las ramas de Humanidades. Luego, en los dos últimos cursos, llegaba la especialización. En mi Universidad había dos para elegir: Historia general e Historia de América. No lo dudé, teniendo como tenemos en Sevilla el Archivo General de Indias. Elegí Historia de América y nunca me he arrepentido. Es apasionante.
¿Hay motivos para estar orgullosos de la presencia española en América?
Por supuesto que los hay. Como también la certeza de que algunas cosas no se hicieron bien. Pero hay que ver los hechos históricos en todo su contexto y sin tendencias ideológicas. España aportó a los pueblos americanos muchas posibilidades que no hubieran tenido con otros conquistadores: interconexión entre las distintas culturas que se ignoraban por completo, el vehículo de una lengua común que nunca se impuso, sino que se transmitió por la convivencia entre españoles y aborígenes, una mentalidad, no de colonia, sino de nuevos reinos con las mismas consideraciones que las españolas y con las mismas instituciones transportadas, una relación de igual a igual que hizo posible el mestizaje tanto racial como cultural. Se crearon rápidamente colegios, universidades, iglesias, audiencias, virreinatos…Toda una organización administrativa y legal – la legislación indiana es modélica- que igualó aquellas tierras con las peninsulares. Como es sabido, España fue el único país que se planteó muy seriamente el derecho o no de ocupar aquel territorio y de aquella discusión filosófica-teológica, surgió el Derecho de gente del P. Vitoria, germen de los actuales derechos humanos. Junto a esto se puede observar la conducta de los demás pueblos que colonizaron después y se podrá apreciar cómo podemos estar orgullosos. Porque además hay que tener en cuenta que la presencia de España en América duró más de tres siglos y por tanto hay que estudiar esa historia con los cambios de mentalidades a uno y otro lado del Atlántico
Realizó su tesis de licenciatura sobre el encuentro de los españoles que van al norte de California con los rusos de Alaska. ¿Qué podemos desatacar de ese episodio tan desconocido para muchos?
Que gracias a esas noticias de la presencia rusa en Alaska las expediciones hacia el norte de California se aceleraron y se descubrió toda la costa del Pacífico norte. Es una época de grandes marinos y no sólo se interesaron por conectar con los rusos, cosa que se logró, sino también de ir creando puertos en toda la costa que junto a las misiones que iban fundando los franciscanos en el interior para dar cobijo y catequizar a los pueblos indígenas, se creó lo más bello de lo que aún posee hoy el magnífico estado de California.
Si tuviéramos que rescatar otra historia desconocida del papel de España en Estados Unidos ¿Cuál sería su favorita o una que considera especialmente interesante?
Pues hay dos aspectos no muy conocidos que merecerían ser resaltados y los dos guardan relación con lo que hoy son los EEUU. En primer lugar que con la conquista del Norte de México comienza el modelo de colonizador de lo que luego sería en los nuevos estados del norte la llamada conquista del Oeste. El tipo del vaquero, los fuertes, las pequeñas poblaciones, las caravanas…Así se llegó a Texas, Nuevo México y parte de California. Pero con una diferencia: que mientras en la conquista del Oeste no existió ni el mestizaje, ni la cristianización, ni el cuidado a los indios por parte de los misioneros, en la del Norte de México, sí. Pero los norteamericanos han sabido hacer una epopeya de celuloide de su marcha hacia el Oeste y nosotros somos acusados de genocidas. La segunda cuestión que tampoco se conoce es la ayuda que España brindó a las Trece Colonias en su independencia de Inglaterra. Ayuda política, económica y militar. Actualmente, el retrato de un malagueño, Bernardo de Gálvez, está colgado en el Capitolio por su intervención en este hecho. Hace unos meses se ha publicado un libro sobre esa Historia escrito por un periodista sevillano, Francisco Reyero, que fue delegado en Andalucía del Diario La Razón y ahora trabaja para un programa de RNE.
¿Por qué cree que precisamente en Estados Unidos es donde el legado hispano recibe más ataques por parte de ciertos grupos?
Pienso que por varias causas: xenofobia, desde luego, muy acusada entre los americanos y piensa que los hispanos, al ser emigrantes de Hispanoamérica la mayoría, son inferiores; probablemente el peso del español como lengua que va incrementándose rápidamente y por último el peso de que esa minoría mayoritaria pueda influir, cono ya lo hace, en las elecciones. Eso entre otras causas.
Tengo entendido que es una admiradora de Puerto Rico ¿Qué destacaría de la “Isla del Encanto”?
Todo. Su belleza natural y arquitectónica, su gente, su historia, su forma de hablar el español, con una mezcla que suena mejor que en otra parte del mundo. Pero, sobre todo, su tenacidad de no haber perdido su lengua a pesar de la presión del inglés. Siempre digo que es el mejor Instituto Cervantes del mundo.