Entrevista a Daniel Ureña, Presidente de The Hispanic Council, publicada en The Washington Post el pasado 22 de enero.
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Daniel Ureña es una de las voces de referencia en España sobre Estados Unidos. En los últimos años, The Hispanic Council, organización que preside y que promueve las relaciones entre ambos países, se ha convertido en uno de los think tanks más activos a la hora de difundir la realidad hispana de Estados Unidos. Ureña, que fue el primer español ganador del Premio Rising Star de la revista Campaings & Elections y varios premios Pollie de la American Association of Political Consultants, se formó en The George Washington University y trabajó en Capitol Hill. Hoy es uno de los consultores políticos más prestigiosos en España y, desde The Hispanic Council, está realizando un minucioso seguimiento de la campaña presidencial estadounidense. En los próximos días, este think tank publicará la Guía Práctica de las elecciones de Estados Unidos 2016, un trabajo indispensable para aquellos interesados en el mayor espectáculo político del mundo.
¿Qué aspectos le están llamando más la atención de esta elección?
Lo más interesante está por llegar con los caucus en Iowa, las primarias de New Hampshire y las demás citas con las urnas a partir de entonces. Hasta la fecha está siendo una campaña con sorpresas: la candidatura de Donald Trump, que comenzó casi como una broma y hoy se consolida en las encuestas, provocando un grave problema para el GOP; la presión de Hillary Clinton de partir como gran favorita ante el auge en intención de voto de Bernie Sanders o el papel crucial que los hispanos están teniendo, están marcando sin duda esta elección.
¿Cómo interpreta el papel de Trump? ¿Será un nuevo Ross Perot, aquel tercero en discordia que ayudó a la elección de Bill Clinton sobre George H. W. Bush en 1992?
Trump tiene el desafío de convertir en votos la gran corriente de apoyo que está consiguiendo en las encuestas. En mi opinión, Trump es el mejor aliado del Partido Demócrata, ya que ha marcado la agenda del GOP, ha radicalizado su imagen y le ha distanciado de los hispanos. Por todo ello, cuando las elecciones primarias y los caucus comiencen en cada estado será el momento en el que veremos si su candidatura es tomada en serio por los votantes o si, por el contrario, es una forma de canalizar el descontento hacia la política en general.
Si es cierto que los hispanos, como dijera Ronald Reagan, “son republicanos, pero todavía no lo saben”, refiriéndose a que la comunidad latina es conservadora en principios, ¿Por qué el GOP no consigue una relación estable con ese segmento del electorado?
Desde hace quince años he tenido la suerte de trabajar con César Martínez, uno de los principales consultores políticos hispanos de Estados Unidos. Gracias a él, he comprobado cómo el Partido Republicano sí sabe tener una relación estrecha y sincera con los hispanos. Ocurrió en las campañas de 2000 y 2004 con George W
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. Bush o con otros muchos líderes hispanos, incluyendo al presidente Reagan que usted menciona. Por todo ello, el GOP tiene por delante un gran desafío sobre su futuro: tiene que elegir si se convierte en un partido que se adapta a la nueva realidad del país y, por tanto, conecta e integra a los hispanos en sus filas o, por el contrario, se convierte en un partido antiinmigrante. Si opta por este segundo escenario estará cometiendo un error estratégico que le alejará de la Casa Blanca durante muchos años.
¿Qué papel van a tener los hispanos en esta campaña? ¿Serán una vez más “el gigante dormido”?
Los hispanos van a ser cruciales en esta elección. De hecho, se dice ya que las de 2016 serán las primeras elecciones hispanas de la historia política estadounidense. Los hispanos han dejado de ser un elemento más de la campaña para convertirse en un factor central para cualquier candidato que pretenda llegar a la Casa Blanca. Ningún aspirante conseguirá ganar las elecciones si no cuenta con un importante apoyo de los votantes hispanos, por lo que han de ser conscientes de su papel y participar.
¿Cómo se ve a la comunidad hispanounidense desde España?
En mi caso, como español, como hispano, me siento muy cercano a Estados Unidos y admiro especialmente su gran optimismo, el empuje de su sociedad civil, la fortaleza de sus instituciones, su determinación y su respeto por su Historia, sus tradiciones y sus símbolos. Estados Unidos es un país consciente de su papel en el mundo y que ha sabido integrar a millones de personas provenientes de muchos países, dándoles oportunidades, libertad y unos valores compartidos. En este escenario, los españoles tenemos mucho que aprender de los hispanos. De su carácter emprendedor, de su afán por mejorar y de su capacidad de integración.
¿Y qué ha llevado a un español como usted a trabajar por las relaciones entre ambos países?
Para mí ha sido fascinante descubrir cómo la Historia de Estados Unidos y de España están estrechamente entrelazadas. Hay muchos capítulos de esa Historia común que no son conocidos por el gran público. Así, por ejemplo, fue un español, Pedro Menéndez de Avilés, el que fundó la primera ciudad de lo que luego sería Estados Unidos; un español el que descubrió el Río Mississipi, Hernando de Soto; o también el primer santo hispano de Estados Unidos, Fray Junípero Serra, que nació en España; por no hablar de otro español, Pedro Casanave, que fue el encargado de colocar la primera piedra de la Casa Blanca; o David Farragut, hijo de padre español, que fue el primer almirante de la Armada de Estados Unidos. Todos estos personajes son sólo un pequeño ejemplo de cómo España y Estados Unidos han compartido un pasado común y tienen un gran futuro por delante. Ahí radica la misión principal de The Hispanic Council, acercar todo lo que une a ambos países para que la relación sea cada más sólida.