Me enteré de que el Rey Juan Carlos había abdicado a la corona cuando vi que una amiga había cambiado la foto de su perfil en Facebook por una en que ella aparece al lado del Príncipe de Asturias. Enseguida busque la noticia en la prensa española. Los titulares lo decían todo. Aquí, en tierra texana, la noticia del fin de un reinado me conmovió. Sentí, a la vez, una profunda nostalgia por el legado histórico del Rey Juan Carlos y una gran ilusión por el futuro Rey Felipe VI.
Durante los 39 años del reinado del Rey Juan Carlos, los Estados Unidos ha vivido un gran cambio demográfico con el surgimiento de la comunidad hispana como el segundo grupo étnico. Hoy en día uno de cada seis estadounidenses es de origen hispano.
Desde una perspectiva histórica, Don Juan Carlos es el primer monarca español en pisar tierras americanas. También fue el primero en destacar el legado hispano de los Estados Unidos. Pocos meses después de ascender al trono el Rey realizó su primera visita de estado con motivo del bicentenario de la independencia de los Estados Unidos. Fue precisamente el 2 de junio de 1976 —exactamente treinta y ocho años antes del 2-J cuando anuncio su abdicación— que el monarca español fue recibido por el presidente de los Estados Unidos en la Casa Blanca.
En el brindis que dio el Rey Juan Carlos ante el presidente Gerald Ford y los distinguidos invitados de esa noche, su Majestad recordó a los presentes que dieciséis de los 50 estados de la Unión fueron anteriormente parte de la corona española. Por su parte, el presidente Ford se hizo eco de las palabras del Rey lamentando, en broma, que Michigan, su estado natal, no había sido uno de ellos. Aunque el presidente Ford nombró una docena de ejemplos de la “gran” herencia hispana fue irónico que entre los invitados el entonces congresista de Texas, Eligio “Kika” de la Garza y su señora esposa fueran la única pareja de origen hispano en esa noche de gala.
El 23 de febrero de 2000 —justo 19 años después del 23-F — me tocaría presenciar la tercera y última visita de estado de su Majestad a la Casa Blanca. Esta vez el anfitrión fue el presidente Bill Clinton, quien no dejó pasar el significado para la democracia española de aquella importante fecha y el rol que jugo el Rey para mantenerla. De nuevo Don Juan Carlos trajo al frente de la conversación la gran oportunidad que se daba profundizar las relaciones entre ambos pueblos, especialmente por el crecimiento de la comunidad hispana. Gracias al Rey, España se conectaba de nuevo con el hispano de los Estados Unidos, siendo una parte fundamental de su legado histórico.
Desde este lado del Atlántico también estamos viviendo de nuevo este momento que el presidente Kennedy dibujó, en su discurso de inauguración, en que la antorcha se ha pasado a una nueva generación. Este relevo histórico y generacional que viven los españoles y la comunidad iberoamericana también lo sentimos los hispanos de los Estados Unidos. Al fin y al cabo España es nuestra abuela patria.
Entre sus últimos actos oficiales, Don Juan Carlos presidió la junta del Patronato de la Fundación Carolina donde se aprobó una mayor inversión hacia las iniciativas relacionadas con los hispanos en Estados Unidos. Ahora será el Rey Felipe VI quien verá en persona propia sus resultados.
Cada año desde 1998 se realiza el programa de Jóvenes Líderes Hispanos. Esta exitosa iniciativa que identifica a futuros líderes de habla hispana en los Estados Unidos y los conecta con esa abuela patria. El 7 de octubre de 2004 tuve la fortuna de ser parte de un grupo de líderes hispanos quienes se reunieron por primera vez con los Príncipes de Asturias en la residencia del embajador español en Washington, DC. El encuentro fue parte del primer viaje oficial a Estados Unidos de los futuros Reyes de España. Como faltaba un mes para las elecciones presidenciales de ese año y en agradecimiento por su visita, decidimos obsequiar a la Princesa de Asturias el libro del periodista mexicano Jorge Ramos, personalmente dedicado para ella, titulado La ola latina, como los hispanos elegirán al próximo Presidente de los Estados Unidos. De aquella primera reunión nació la Asociación de Líderes Hispanos y la oportunidad de iniciar un dialogo directo con el Príncipe Felipe.
Dos años más tarde, el 6 de octubre de 2006, Don Felipe nos acompañó en la inauguración de la II Convención de Líderes Hispanos en el Banco Interamericano de Desarrollo. En su discurso, el príncipe afirmó que “España no puede ser indiferente al porvenir de la comunidad hispana”. Luego su Alteza acudió a un acto oficial de la Casa Blanca presidido por el presidente George W. Bush, para celebrar el Mes de la Herencia Hispana junto a un centenar de invitados de la comunidad hispana. En junio del 2008, el príncipe nos recibió en el Palacio Real como parte de la III Convención de Líderes Hispanos en Madrid. Finalmente, en junio del 2012 nos reunimos con él y Doña Letizia en el Instituto Cervantes de Nueva York.
Siempre que he tenido el honor de interactuar con el Príncipe de Asturias he observado su gran interés por el hispano y su enorme potencial como actores principales y facilitadores del diálogo transatlántico e iberoamericano, y en el futuro de la relación bilateral entre España y los Estados Unidos. En cada encuentro nos han comunicado el apoyo de la corona española a las actividades que fomenten las relaciones entre España y Estados Unidos. Ahora veo que este compromiso se puede volver más personal ya que al igual que el futuro Rey Felipe VI, surge una nueva generación de líderes hispanos en todas las áreas sociales de los Estados Unidos y del mundo.
No me cabe duda que el futuro Rey Felipe VI será el primer embajador de la Hispanidad ante el mundo que incluye los 55 millones de estadounidenses y los casi 4 millones de puertorriqueños, quienes son ciudadanos de Estados Unidos. Mejorar la relación con el hispano de los Estados Unidos no será fácil ya que aún existe un déficit de conocimiento sobre el legado español en América. Sin embargo, tengo la certeza de que con el compromiso e interés demostrado por líderes españoles y encabezados por la Casa Real, encontraremos todos grandes oportunidades de acercamiento, entendimiento y apoyo mutuo para enfrentar los retos que nos esperan. Sobre todo porque el futuro Rey de España ya nos conoce.
Octavio A. Hinojosa Mier, Director Ejecutivo del National Hispanic Corporate Council y Miembro del Consejo Asesor del The Hispanic Council. In 2013, fue condecorado con la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil. Reside en Austin, Texas.