Las Primeras Damas de los Estados Unidos han ido asumiendo, con el paso de los años, un papel preponderante en la vida política estadounidense. Han pasado de ser la pareja del Presidente a convertirse en un pilar básico de la agenda política y, a pesar de que no es un trabajo oficial, a lo largo de la historia esta figura ha entretenido, asesorado y acompañado a sus maridos en todo momento, e incluso creado tendencias en el mundo de la moda. Sin embargo, muchas de ellas también se han embarcado en proyectos e iniciativas en defensa de una causa específica aprovechando su tirón mediático y su alta capacidad de influencia en los ciudadanos.
La actual Primera Dama, Michelle Obama, es un ejemplo de ello e incluso ha llegado a superar en popularidad al propio Presidente. Según Real Clear Politics, Michelle acabó el 2013 con más del 60% de popularidad entre los ciudadanos, un dato muy por encima de su marido con un 42%. Además, la revista Forbes la consideró la cuarta mujer más poderosa del mundo en 2013.
Una de las causas de la que es imagen y principal precursora es el programa “Let’s Move!”, creado en febrero de 2010 para concienciar a la sociedad americana del peligro de la obesidad infantil. Este programa intenta promover el ejercicio y la buena alimentación entre los más pequeños de la casa.
Según se afirma en la página web de la iniciativa, en Estados Unidos en los últimos treinta años, el índice de obesidad infantil se ha multiplicado por tres y en la actualidad uno de cada tres niños tiene problemas de sobrepeso o es obeso. Datos que son aún mayores en la comunidad afroamericana e hispana, en las que casi el 40% de los niños tienen problemas relacionados con la obesidad.
En el marco de esta campaña, Michelle Obama ha colaborado con personajes públicos influyentes en los jóvenes desde la cantante Beyoncé (que adaptó su tema Get me bodied e hizo un nuevo video para los más jóvenes: Move your body); los jugadores de Miami Heat, o la actriz Eva Longoria con la que promovió un mayor consumo de agua por parte de los más jóvenes como un tercer pilar en una vida saludable.
En enero de 2001, George W. Bush fue proclamado el presidente número 43 de estados Unidos y Laura Bush, como Primera Dama de la nación, aprovechó su nuevo cargo para promover la iniciativa “Listo para leer, listo para aprender”, la cual contempla las metas para la educación nacional del presidente Bush.
Entre las características más importante de esta iniciativa que promovió Laura Bush, estaban: exhortar a los estadounidenses a que sigan la “honorable” carrera de la enseñanza; promover el desarrollo durante la edad inicial de la niñez, para ayudar a preparar a los niños en el aprendizaje y la escuela y asegurar que los padres y las personas que cuidan a los niños tengan información importante sobre el crecimiento de los niños y el desarrollo cognitivo.
Sin embargo no fueron los únicos casos en los que la Primera Dama está presente en la actividad política. Hillary Clinton, uno de los nombres que más suena para encabezar la candidatura demócrata en 2016, también cumplió un rol importante durante la presidencia de su marido entre 1993 y 2001. Como Primera Dama tuvo un papel esencial en diferentes proyectos acompañando a su marido, actitud que el ex presidente Bill Clinton ya recalcó: “El pueblo americano se llevaba “dos por el precio de uno”.
El proyecto en el que Hillary Clinton dedicó su esfuerzo aprovechando su posición de Primera Dama fue la elaboración de un sistema de salud mejor. Aunque el plan sanitario al final no recibió el apoyo del Capitolio, ayudó a elevar el debate en torno a las cuestiones relativas a la sanidad a nivel nacional.
Clinton fue también una firme defensora de la preservación histórica y la educación como presidenta honoraria del Save America’s Treasures Committee, un programa que ofrece recursos y fondos para ayudar a las comunidades a conservar documentos, emplazamientos y estructuras.
Nancy Reagan, primera dama de 1981 a 1989, también encabezó un proyecto muy conocido por los ciudadanos de Estados Unidos y el nombre de Nancy Reagan se convirtió en sinónimo de Just Say No.
«Las drogas quitan el sueño del corazón de cada niño y lo reemplazan con una pesadilla, ya es hora de que en América nos rebelemos y reemplazamos esos sueños”, dijo Reagan. La plataforma Just Say No difundía información sobre los peligros del abuso de drogas. Su nombre surgió en 1982 en una reunión con estudiantes en Oakland en la que una niña levantó la mano y preguntó: “Señora Reagan, ¿qué debemos hacer si alguien nos ofrece drogas?”. Y ella contestó; “Sólo di no” (Just Say No).
En 1988 se habían creado más de 12.000 clubes apoyando la causa por todo el país y alrededor del mundo. Los resultados fueron alentadores: el consumo de cocaína durante el último curso de secundaria se había reducido en una tercera parte (alcanzando la cuota más baja en una década).
Las circunstancias personales de Betty Ford (primera dama entre los años 1974 y 1977) hicieron de su papel como Primera Dama diferente. Betty Ford trató de reducir el estigma del alcoholismo en la sociedad americana tras admitir su lucha contra dicha enfermedad. Para ello abrió una clínica con su nombre, Betty Ford Center, en la que se tratan a personas que tiene problemas con el alcohol y otras sustancias.
Además, al poco tiempo de ser elegido su esposo, Gerald Ford, le fue diagnosticado cáncer de mama, enfermedad de la que habló públicamente para inspirar y apoyar a otras mujeres para luchar y prevenir la enfermedad.
Mujeres que dedicaron su tiempo en la Casa Blanca a mejorar el país en diferentes ámbitos de la vida social y se han convertido en protagonistas de la historia política de Estados Unidos.