La escena final del clásico wéstern El bueno, el feo y el malo es considerada una de las más icónicas de la historia del cine. En ella se ve el enfrentamiento culminante entre los tres co-antagonistas y muestra cómo el director, utilizando la increíble banda sonora de Ennio Morricone, tomó una escena en la que tres personajes se miran literalmente durante cinco minutos y la convirtió en una de las secuencias más tensas y emocionantes del cine.
Todo este enfrentamiento tiene lugar en un cementerio gigante con miles de tumbas en medio de un desierto desolado, un panorama verdaderamente cautivador. Pero pocos saben que esta escena se filmó en Santo Domingo de Silos, un pequeño pueblo de Burgos. Y que, además, fueron soldados españoles los que construyeron de la nada el cementerio.
Al plantear Sergio Leone, el director de la película, la posibilidad de rodar esto en España, el régimen de Franco acogió la iniciativa con entusiasmo y así comenzó la construcción del denominado Sad Hill Cementery. Franco llegó a ofrecer a la productora miles de jóvenes que estaban haciendo el servicio militar y que acabaron no sólo construyendo los decorados, sino participando como extras en las escenas de batalla y haciendo de muertos durante aquel caluroso verano de 1966. Por cada día de rodaje, la compañía pagó a cada soldado 250 pesetas (1,50 euros), y algunos oficiales recibieron hasta 900 pesetas (5,41 euros). En total construyeron 5.000 tumbas.
Después del rodaje, semejante escenario quedó abandonado. Sin embargo, en 2017, Netflix produjo una película documental llamada Sad Hill Unearthed en la que se cuenta la iniciativa de algunos fanáticos de las películas wéstern y el cine de localizar y restaurar el cementerio. El proyecto, concebido originalmente de forma modesta, se convirtió en una película de 83 minutos en la que aparecen, entre otros, el compositor de la banda sonora, Ennio Morricone, el actor Clint Eastwood, los técnicos que trabajaron a las órdenes de Leone y su biógrafo, Christopher Frayling. Gracias a esta restauración, ahora es posible visitar este extraordinario paisaje en donde un día la mirada fría de un hombre con poncho hizo historia en el cine.