Con más de 15 años de experiencia como periodista, Dori Toribio lleva cinco de ellos trabajando en Estados Unidos. Tras varios años como la voz de Estados Unidos en Radio Nacional de España, actualmente es corresponsal en Washington DC de Cuatro (Mediaset) y analista política del Club de Prensa NTN.
Como periodista, analista y experta en temas relacionados con la comunidad hispana en Estados Unidos, Dori asegura que “EEUU está siendo cada vez más consciente del poder que llegará a tener la comunidad hispana” y se atreve a augurar qué ocurrirá con el voto hispano en 2016, cómo ve EEUU a España y cuáles son las tendencias y cambios que están afectando a los hispanos en las últimas décadas.
Hace unos días se publicó un estudio en el que se afirma que ya son más de 55 millones los hispanos que residen en EEUU. ¿Son conscientes los estadounidenses (ciudadanos y políticos) del poder de esta comunidad?
Cada vez más. EEUU está siendo cada vez más consciente del poder que llegará a tener la comunidad hispana. Pero que todavía no tiene al máximo. Y esta es una de las cosas que más llaman la atención al llegar a Estados Unidos. Pese a la amplia presencia demográfica de los hispanos, la importancia clave de su voto y el creciente peso económico, su representación social, política y mediática es menor de la que debiera ser. Lo será mayor, eso sí. Es cuestión de tiempo, hasta que culmine el proceso de evolución por el que pasan históricamente las minorías de origen migratorio. En este proceso, su poder se hará presente primero para los políticos estadounidenses, sobre todo los republicanos, que deben entender de una vez que el camino hacia la Casa Blanca pasa por un tercio amplio del voto hispano y que en el siglo XXI no se puede seguir despreciando ese voto, ni faltando el respeto a las minorías con tópicos fáciles o con el eterno discurso del miedo, como al que acude Donald Trump en busca de voto
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. Y segundo, es la propia comunidad hispana la que también debe hacerse todavía más consciente de su poder, a través de un aumento de autoestima política y social y aumentando su participación electoral, pese a las dificultades y decepciones.
Ahí es donde reside gran parte de su potencial. De ahí que las campañas dediquen tanto tiempo, recursos y voluntarios a movilizar el voto hispano, muchos de ellos héroes anónimos a los que los presidentes deben mucho y que realizan una tarea nada sencilla, debido a la heterogeneidad del voto y los diferentes orígenes geográficos de una comunidad que etiqueta como «hispana», pero que de fondo tiene muchas diferencias y singularidades. Además se enfrenta a un riesgo a corto plazo como es la pérdida del español, tal y como está ocurriendo en segundas y terceras generaciones. Sea como sea, esas generaciones irán consolidando a corto plazo su peso educativo, económico, político, mediático y social en EEUU. El futuro de este país pasa por los hispanos, de eso no tengo ninguna duda.
¿Confía en que en 2016 haya algún candidato hispano en alguna de las dos fórmulas a presidente y vicepresidente?
No sé si en 2016, pero sí creo que el primer presidente hispano ya ha nacido y llegará a la Casa Blanca más pronto que tarde. La importancia, protagonismo y presencia de la comunidad hispana en 2016 ya es histórica y creciente. En 2012 se habló más español que nunca en las convenciones demócratas y republicanas, con los hermanos Castro o Marco Rubio. En 2016, al ascendente liderazgo del senador de Florida de origen cubano, hay que sumarle el fluido español de Jeb Bush y la posibilidad de que EEUU tenga por primera vez una Primera Dama mexicana, su esposa Columba Bush. Además, la inmigración ha pasado a ser una cuestión central en la agenda electoral, tras los polémicos y desafortunados comentarios del empresario y aspirante presidencial, Donald Trump. Una polémica que los demócratas pueden aprovechar para ganar ventaja definitiva entre el voto hispano. Hillary Clinton no perdió un segundo en sus primeras semanas de campaña y prometió una reforma migratoria integral, además de reclamar el levantamiento del embargo a Cuba desde Miami. No hay que descartar que tengan un as en la manga para el ticket presidencial, y que esa carta hable español. Y más allá de 2016… no hay que perder ojo al senador Rubio, con un brillo innato como orador y animal político; los hermanos Castro, que aún necesitan unos años más de experiencia; y el hijo de Jeb y Columba, George P. Bush, con talento y genética política, así como rasgos hispanos propios. Pero seguro que surgirán otros nombres nuevos. La pregunta es cuándo. Si algo sabemos de la política estadounidense es que siempre hay sorpresas y, ante la intriga electoral, todo puede pasar y todo puede cambiar en un sólo segundo.
¿Cree que los hispanos volverán a ser determinantes en las elecciones presidenciales de 2016?
Sí, absolutamente. Y el partido o candidato que no quiera entenderlo, no llegará a la Casa Blanca. Se calcula que unos 16 millones de hispanos votarán en 2016, una cifra nada desdeñable que puede ser clave en unas elecciones reñidas. No olvidemos que Obama ganó la reelección por apenas cinco millones de votos en 2012. La historia demuestra que un puñado de votos puede ser esencial. Y esta vez, además, hay estados donde están teniendo lugar cambios demográficos fascinantes que aumentan la incertidumbre estas próximas presidenciales. Hay que ver qué pasa con estados como Nevada, Colorado o California, donde los hispanos ya son mayoría según datos del último censo. O con el voto cubanoestadounidense de Florida en medio de la normalización de las relaciones diplomáticas con Cuba, un voto tradicionalmente republicano, que ya no lo es tanto en las generaciones más jóvenes. También hay que contar con el crecimiento de la población puertorriqueña en el centro del estado y su voto influenciado por la crisis que atraviesa la isla. Todo esto depende en gran medida de la participación en las urnas. La comunidad debe salir a votar y ser consciente de la llave que tiene en sus manos para hacer realidad el cambio.
¿Y los medios hispanos?
También tienen una llave importante en 2016 son los medios hispanos y sus periodistas más consagrados. Este es el caso de Univisión, que ya batió récord de audiencia en las convenciones de 2012, y lleva meses siendo la televisión más vista de EEUU, por audiencia acumulada. En 2016 tendrán mucho que decir. Ya lo están haciendo. Junto a Telemundo y NBC Universal acaban de demostrar su poder hispano iniciando el boicot contra Donald Trump, tras sus controvertidas palabras sobre los inmigrantes mexicanos.
¿Cómo ven a España y los españoles en EEUU?
La ven cada vez más. Lo que es importante, teniendo en cuenta que hace sólo unos años apenas era así. La primera vez que vine a EEUU hace 15 años, apenas nadie preguntaba nada sobre España, en un entorno universitario. Cuando regresé hace 5 para trabajar como corresponsal, España estaba en boca de muchos. Bien para felicitarnos, porque la Selección acababa de ganar el Mundial de Sudáfrica; para recordar unas recientes vacaciones que habían disfrutado familiares o amigos; o para preguntar por la cifra de paro que arrastraba el país, en un momento en el que «The pain in Spain» comenzó a ser un recurso frecuente en los medios estadounidenses al referirse a España. Ya no lo es tanto. Siempre he pensado que en Estados Unidos tienen una idea mucho más positiva de España de la que creemos que tienen. Pese a que también es cierto que el nuestro no es un país prioritario para su clase política y que todavía pesan muchos tópicos y desconocimiento sobre nosotros, así como sobre el conjunto de la comunidad hispana.
¿Cómo puede España aumentar su presencia al otro lado del océano?
Hay varias maneras. La primera son los canales habituales de la diplomacia pública para aumentar la presencia y mejorar la imagen de un país, algo que España ya está haciendo a través de gobierno, congreso e instituciones, aunque queda mucho por hacer. La visibilidad no es una tarea fácil teniendo en cuenta que España no es un aliado prioritario para Estados Unidos y que la comunidad española aquí es mucho más pequeña que la de otros países de habla hispana, con un flujo migratorio menor. Además, la comunidad española aquí no siempre está integrada dentro de la hispana a nivel práctico y esa integración podría suponer una mayor presencia en Estados Unidos. De la misma manera que lo haría reconocer con mayor entusiasmo la difícil tarea que numerosos españoles realizan a diario en diferentes rincones de este país y en diversos ámbitos, desde la cocina al periodismo, convirtiéndose en embajadores que merecen ser valorados con mayúsculas.
Otra manera de aumentar esa presencia es difundir mucho más la importancia histórica que España tuvo en la fundación de este país. Este año, sin ir más lejos, en el que se está celebrando el 450 aniversario de la fundación de la ciudad más antigua de Estados Unidos, San Agustín de Florida. La historia de este país pasa por el rastro de los exploradores españoles en los siglos XVI y XVII, y ese es un capítulo histórico al que prestamos poca atención a ambos lados del atlántico.