El 1 de diciembre de 1904 fue un día especial para la ciudad de San Luis, pues marcó la clausura de la Exposición de la Compra de Luisiana, la mayor Exposición Universal creada hasta entonces. La feria había sido todo un éxito, llegando a ser visitada por más de 20 millones de personas y más de 60 naciones. El lema de la feria era “Mostrar los avances que había logrado el hombre en los 100 años transcurridos desde la firma del tratado”. Y eso fue lo que se hizo, con exposiciones que mezclaban cultura e innovación tecnológica, como los últimos avances en el uso de la electricidad, las comunicaciones inalámbricas o la aviación.

La participación de España fue algo llamativa por dos motivos. Primero, la exposición estaba dedicada a la compra de Luisiana por parte de Estados Unidos a Francia (1803), un asunto con el que España estuvo en desacuerdo hasta el Tratado de Adams-Onís de 1821. Segundo, España y Estados Unidos habían estado enfrentados en la guerra Hispano-Estadounidense tan solo seis años antes. Sin embargo, ninguno de estos hechos impidió que España creara un pabellón que llenó con maravillas que reflejaban la cultura española.

El espacio español pretendía trasladar a los visitantes a lo más profundo de Andalucía. Lo consiguieron creando un edificio que juntaba la arquitectura de la Plaza del Mercado de Triana de Sevilla con una réplica de la Plaza de los Leones de la Alhambra de Granada. Además, dentro se podía ver un espectáculo de flamenco bajo el título The girls from Madrid, así como disfrutar de la gastronomía española. Otro de los atractivos del puesto estaba relacionado con la cultura taurina. Los feriantes construyeron un espectáculo que simulaba una corrida de toros donde el animal era mecánico. Con todo esto, podemos asegurar que se trasladó al otro lado del Atlántico un pedacito de todo lo que abarca la cultura española.