Para entender esta historia debemos remontarnos a la expedición de Magallanes-Elcano en la que participaba Esteban Gómez, un navegante portugués, nacido en 1483 en Oporto (Portugal). Desde 1518, Gómez estaba al servicio de la Corona Española y cobró importancia en la expedición que culminaría dando la vuelta al mundo por primera vez. Sin embargo, él no formó parte de esta hazaña.
Cuando llegaron al estrecho de Magallanes, nuestro protagonista, en desacuerdo con la forma de actuar de Magallanes, y apoyado por otros hombres de la expedición se subleva y deciden regresar a España considerando que la expedición no tenía provisiones ni recursos suficientes para alcanzar las Molucas. Los desertores regresaron a España en 1521, donde fueron juzgados y encarcelados. Gómez no fue liberado hasta que la nao Victoria, única superviviente del viaje alrededor del mundo, llegó a la ciudad sevillana al mando de Juan Sebastián Elcano y éste narró los horrores de dicho viaje.
Tras esto, y habiendo constatado lo complejo que era llegar hasta Asia por el estrecho de Magallanes, Gómez propuso al emperador Carlos V la organización de una expedición que encontrase el paso por el noroeste en vez de por el sur. La capitulación le fue concedida el 27 de marzo de 1523 proporcionándole una carabela de 50 toneladas, llamada Nuestra Señora de la Anunciada. La expedición zarpó en septiembre 1524 de La Coruña, con 29 hombres formando la tripulación.
Los expedicionarios cruzaron el Atlántico y llegaron a Norteamérica en febrero de 1525 concretamente al estrecho de Cabot y la isla del Cabo Bretón. Pasaron allí el invierno, hasta que las condiciones permitieron retomar la navegación. Gómez concluyó que las condiciones al norte eran adversas y con poca probabilidad de éxito, por ello decidieron navegar hacia el sur. Fue entonces cuando la expedición, navegando toda la costa este de EEUU, llegó a entrar en el río Penobscot, en el río Hudson al que bautizó como Río de San Antonio, hasta que llegó a Florida en agosto de 1525.
El navegante dio nombre a toda esta zona como la “Tierra de Esteban Gómez”, ya que fue el primer hombre en recorrerla de norte a sur y en toda su extensión. De esta manera, aunque no encontraron el paso por el norte, quedó cerrada la exploración de toda la costa este norteamericana, algo que sumado a los esfuerzos de otras muchas expediciones españolas, dio lugar al mapamundi realizado por Diego Ribero en 1529 describe la costa este de América del Norte casi a la perfección ya en 1529.