El movimiento de carga pesada hacia los destacamentos de la Alta California se realizaba tradicionalmente por mar y se buscaba una manera de facilitar los desplazamientos terrestres. Con el fin de facilitar dichos desplazamientos, las misiones se encontraban separadas unas de otras por unos 48 kilómetros (unas 30 millas), un trayecto que podía recorrer un hombre en un día a caballo o en tres días a pie. El camino que las unía, y que estableció un nexo que aún perdura entre todas ellas, es el conocido como Camino Real de California.

La construcción del Camino Real de California fue una tarea de muchos años de duración. Cuando se fundaba una misión se mejoraba el camino que la unía con la próxima misión: se ensanchaba y allanaba y se le dotaba de unos elementos auxiliares mínimos. Muchos de los misioneros tenían conocimientos técnicos que debían facilitar el trazado y la construcción del camino Real. Según la tradición, los misioneros franciscanos esparcieron semillas de mostaza en los bordes del camino para que las flores amarillas de la planta ayudaran a indicar el camino.

De esta forma a lo largo de las misiones se fue conformando este camino de casi 1.000 kilómetros de distancia, y se fueron instalando puestos seguros para abastecer a los viajeros y darles descanso y alojamiento en sus rutas. Según las representaciones del Camino Real encontradas de 1821, el recorrido unía 21 misiones franciscanas de la Alta California y era un itinerario únicamente apto para animales de herradura, aunque posteriormente fue adaptado y mejorado con los años.

En Estados Unidos, particularmente en el estado de California, existe un gran reconocimiento de este recorrido histórico. En 1959, la Asamblea Estatal de California reconoció la importancia histórica del sendero de la misión y designó varios tramos de la carretera estatal y las carreteras de conexión como la ruta oficial del Camino Real.  Además, podemos encontrar a los California Mission Walkers que son un grupo de personas que han recorrido (o planean recorrer) el Camino Real a pie. Como esta existen otras muchas iniciativas para recordar este camino histórico.

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