Cuando España entró en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos en 1779, Bernardo de Gálvez, el enérgico gobernador de la Luisiana española, comenzó inmediatamente las operaciones ofensivas contra los británicos para recuperar importantes territorios españoles perdidos, especialmente los de la Florida Occidental Británica.
En una nota titulada “En el 240 aniversario de un decisivo triunfo” por Manuel Olmedo, vicepresidente de la Asociación Bernardo de Gálvez, explican que después de haber reunido un variopinto conjunto de tropas (veteranos del regimiento fijo de Luisiana, reclutas, carabineros, milicianos, negros y mulatos libres, y un pequeño grupo de norteamericanos al mando de Oliver Pollock), Gálvez comenzó la marcha río arriba con la intención de atacar los puestos de Manchak, Baton Rouge y Natchez, establecidos por el ejército británico en la margen izquierda del Misisipi. Los enemigos tenían más fuerzas y mejor preparación, pero Gálvez supo inculcar entusiasmo en su abigarrada tropa.
Inició la marcha desde Nueva Orleans y en apenas un mes y medio consiguió conquistar los tres puestos anteriormente mencionados. Con estas victorias, el río Mississippi quedó enteramente controlado por España. Poco tiempo después también logró la captura de Mobile, tras un breve asedio.
A estas alturas Gálvez comenzó a planear un asalto a Pensacola, la capital de la Florida Occidental Británica, utilizando fuerzas de La Habana y teniendo la recién capturada Mobile como punto de lanzamiento del ataque. Hubo dos intentos fallidos, pero a finales de febrero de 1781, gracias a la decisiva intervención de Francisco Saavedra, un destacado militar, funcionario y diplomático español, partió de La Habana un convoy transportando casi 2.000 soldados.
El 9 de marzo llegaron a las afueras de la bahía de Pensacola en donde Gálvez desembarcó algunas tropas en la isla de Santa Rosa, la isla barrera que protege la bahía. El siguiente objetivo era cruzar el canal; sin embargo, antes tenían que enfrentarse con la artillería británica del fuerte Barrancas Coloradas que protegía el puesto. Con mucha valentía, Gálvez lideró la flota que cruzó sin sufrir mayor daño.
Así pudo iniciarse el cerco de los tres fuertes que defendían la ciudad de Panzacola: Jorge, Sombrero y Media Luna. El 8 de mayo una granada española impactó el fuerte de la Media Luna, provocando la muerte de más de 100 ingleses y la destrucción del reducto. Los defensores de Pensacola dispararon desde el fuerte Jorge, pero pronto se vieron superados por la enorme potencia del fuego español.
Dos días más tarde, al darse cuenta de que su última línea de fortificación no podría sobrevivir al bombardeo, el general John Campbell rindió el fuerte Jorge. La guarnición izó una bandera blanca sobre el fuerte a las 3 de la tarde del 10 de mayo de 1781 y así vencieron en la Batalla de Pensacola. Más de 1.100 soldados británicos y coloniales fueron hechos prisioneros. El ejército español perdió 74 personas y otras 198 resultaron heridas. 240 años después conmemoramos la gran victoria de Pensacola y la valentía de Bernardo de Gálvez.