El último lunes de mayo, desde el final de la Guerra de Secesión, se celebra en Estados Unidos una de las fiestas más simbólicas y patrióticas de cuantas tienen lugar a lo largo del año: el Día de los Caídos o Memorial Day History.

En esta jornada se conmemora a todos los soldados estadounidenses que murieron en combate. Los orígenes de esta efemérides apuntan al 5 de mayo de 1868, tres años después del fin de la Guerra Civil Americana. Ese día, el General Mayor (retirado) John A. Logan, que por entonces era el coordinador del Gran Ejército de la República (organización de veteranos de la Unión), estableció que el 30 de mayo fuese el Día de la Decoración, jornada con la que se pretendía colocar flores en las tumbas de los soldados fallecidos en la Guerra de Secesión.

Ese primer Día de la Decoración fue especialmente celebrado en el Cementerio Nacional de Arlington, al que acudió el Presidente Ulysses S. Grant. En el acto, tras los discursos en memoria de los caídos, los niños de la Casa de Huérfanos de Militares y los miembros de la asociación de Logan colocaron flores en las tumbas de unionistas y confederados, recitando oraciones e himnos que llamaban a la fraternidad entre antiguos rivales.

Aunque esa es la tradición más extendida sobre el origen de la fiesta, hay otras creencias que fechan el origen de esta conmemoración en ciudades tan dispares como Macon y Colombus (ambas en Georgia), Richmond (Virginia), Boalsburg (Pensilvania) o Carbondale (Illois). Más de 25 ciudades de todo el país han sido reconocidas por su relación con los comienzos del Día de los Caídos.

Sin embargo, hasta el año 1966,  el Congreso de EEUU y el Presidente Lyndon Johnson no escogieron un lugar como el origen oficial del recuerdo a los caídos: Waterloo (Nueva York). Allí, el 5 de mayo, pero cien años antes, se celebró el primer acto comunitario en el que algunos representantes, residentes y empresas del lugar pararon su actividad para rendir homenaje a las víctimas que la Guerra Civil había ocasionado en ambos bandos. Esa es, por muchos, la primera conmemoración colectiva de la Guerra de la Independencia.

Desde finales del siglo XIX se comenzó a celebrar en distintos estados este homenaje a los caídos en la Guerra de Secesión con una fecha fija, el 30 de mayo. Tras la Primera Guerra Mundial, el recuerdo a los fallecidos en combate se extendió a todos los soldados que hubieran muerto en la defensa del país, independientemente del conflicto bélico en el que hubieran participado. Así, en 1971, el Congreso de EEUU declaró como festivo nacional el Día de los Caídos, jornada para recordar a todos los militares fallecidos en acto de servicio, que se fechó en el último lunes de mayo.