Inés Royo, Investigadora de The Hispanic Council, analiza el noveno debate demócrata desde Miami.
1. Gran simbología hispana.
Ayer Hillary Clinton y Bernie Sanders se volvieron a ver las caras en Miami, en el debate más hispano celebrado hasta el momento. El encuentro fue retransmitido por Univisión y CNN y lo hispano y el español fueron los protagonistas. Desde el decorado, que rezaba “Destino 2016”; el niño vestido de mariachi que cantó el himno nacional; hasta el moderador, Jorge Ramos, el periodista más conocido de Univisión que el pasado verano fue expulsado de una rueda de prensa de Donald Trump. Tampoco faltó el intento por hablar español (Hillary Clinton dijo un rotundo “basta” al hablar de la actitud antiinmigrante de Donald Trump) y hubo un extenso debate sobre inmigración y deportaciones, uno de los asuntos que afectan de lleno a la comunidad hispana.
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. Acuerdo en inmigración.
Uno de los temas de la noche fue la inmigración, quizá en el que más acuerdo hay entre los dos candidatos, aunque tampoco estuvo exento de ataques mutuos. Tanto Clinton como Sanders reconocieron que no deportarán a niños ni a personas sin documentos que no tengan antecedentes criminales, ante la pregunta en directo de una mujer sin permiso de residencia (a quien le tradujo la respuesta al oído Enrique Acevedo, otro de los rostros más conocidos de Univisión). Trump y su propuesta de construir un muro entre EEUU y México (a costa del gobierno mexicano) también fueron muy criticados por los dos demócratas. Sanders fue el más tajante: “Los americanos jamás elegirán como Presidente a alguien que insulta a los mexicanos, las mujeres, los musulmanes o los afroamericanos”.
3. Sanders no se rinde.
A pesar de que Clinton tiene el doble de delegados que Sanders en el recuento total, sigue luchando para hacer frente a la ex Secretaria de Estado y más confiado después de la victoria en Michigan este fin de semana. Volvió a relacionar a Hillary con Wall Street e insistió en pedirle que haga públicos los discursos que dio para los banqueros entre 2013 y 2015: “Cuanto te pagan 225.000 por un discurso significa que fue grandioso, tan bueno que querrías compartirlo con los estadounidenses”, arremetió Sanders.
4. Clinton busca diferenciarse.
Uno de los asuntos más cuestionados en los últimos días a la candidatura de Clinton es una encuesta publicada en The Washington Post en la que aseguran que solo el 37% de los ciudadanos creen que Hillary es honesta y fiable. Uno de los momentos de la noche fue cuando la propia candidata reconoció que no es “una política nata como mi marido o el presidente Obama». Pero lejos de menospreciarse, le sirvió para reforzar su mensaje: “Solo tengo que hacerlo lo mejor que pueda y lograr cambiar la vida de los ciudadanos, que vean que estoy luchando por ellos y que voy a mejorar sus condiciones”.
5. Jorge Ramos se quedó sin respuesta de Hillary sobre los e-mails.
A pesar de los abucheos por parte del publico al tratar el tema, Ramos fue el primer moderador que no dudó en preguntarle directamente a Clinton si, en el caso de que le acusen formalmente por el uso de su e-mail durante su gestión como Secretaria de Estado, abandonaría la campaña. La candidata a la presidencia esquivó la respuesta con una carcajada y dijo claramente que es algo que no va a suceder, “ni siquiera voy a responder esto”.
El próximo debate demócrata será en abril, con fecha y lugar todavía por determinar.