El primer debate republicano tras el Supermartes, celebrado anoche en Detroit, es analizado por Daniel Ureña, Presidente de The Hispanic Council.
1. Trump ha convertido la campaña en un concurso de popularidad.
Esta es uno de las mayores aportaciones que Donald Trump ha traído a la campaña republicana. Las ideas, el debate político o las propuestas han quedado en un segundo plano y, en su lugar, los ataques personales, los gritos y las descalificaciones están marcando la contienda. Eso fue lo que sucedió anoche en el 11º debate celebrado en Detroit, que tuvo uno de sus momentos estelares cuando en una de sus respuestas Trump hizo una velada alusión el tamaño de sus genitales, dando buena muestra del nivel que nos espera en los próximos meses.
2. Megyn Kelly, la moderadora de Fox, puso a Trump contra las cuerdas.
La periodista Megyn Kelly, que recientemente tuvo un agrio enfrentamiento con Trump (motivo por el que el empresario se negó a participar en el anterior debate organizado por esta cadena) fue una de las vencedoras de la noche. Fue capaz de poner contra las cuerdas a Trump mostrando en diferentes vídeos e ilustraciones sus constantes incongruencias y cambios de discurso. Kelly fue la única que logró que el magnate mostrara claros signos de incomodidad al ser cuestionado una y otra vez y evidenciando su falta de sustancia política.
3. Marco Rubio y Ted Cruz, víctimas del estilo de Trump.
Tanto Rubio como Cruz son dos buenos candidatos. Grandes oradores, con firmes convicciones y con un brillante futuro por delante en la (maltrecha) política americana. No obstante, han tenido la desgracia de coincidir en el tiempo con Trump, que ha dinamitado esta campaña y puede que se lleve por delante al Partido Republicano. Tanto Rubio como Cruz han tenido que adaptar sus estrategias a este nuevo fenómeno, pero el problema es que en el campo de la descalificación, la confrontación y el chiste fácil Trump es el maestro. Por ello, ambos senadores tienen tan complicada su nominación.