"España dejó un gran legado al otro lado del océano"
Daniel Arveras Alonso es licenciado en Periodismo por la Universidad San Pablo CEU, y máster en Historia y Antropología de América por la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Apasionado de la Historia, sobre todo la que tiene que ver con la larga presencia española en el continente americano, publicó en 2015 “Los cráneos de los conquistadores”, novela histórica sobre la conquista de Chile y la olvidada esposa de Pedro de Valdivia. Su segunda obra, “Conquistadores olvidados. Personajes y hechos de la epopeya de las Indias” (2019), es un libro de Historia en el que rescata las vivencias extraordinarias de diferentes personajes reales así como diversos acontecimientos que tuvieron lugar a lo largo de los tres siglos en los que la mayoría del continente americano formó parte de España. Hoy de ellos casi nadie se acuerda…
En su libro “Conquistadores Olvidados” recoge las hazañas desconocidas de muchos españoles en América ¿Por qué este desconocimiento?
Nos hemos creído y asumido como cierta la poderosa leyenda negra que envuelve toda la presencia de España en América. Huimos de aquellos hechos y de sus protagonistas, nos hemos quedado con cuatro topicazos más bien negativos sobre Cortés, Pizarro y poco más, sin tratar de conocer mejor ese tiempo y circunstancias, aquella época de exploración, descubrimientos y hazañas en la que España estuvo a la vanguardia de la humanidad.
¿Quienes eran sus protagonistas? Gentes valientes de toda condición que, lógicamente, tuvieron todo tipo de comportamientos: heroicos, codiciosos, viles y cruentos, civilizadores, humanitarios,... El problema es que son muchos los que se han quedado con lo más oscuro de aquellos hechos, recalcando esa parte negativa y apagando las numerosas luces que también hubo.
¿Qué nos puede aportar conocer las hazañas de estos personajes?
Tenemos la suerte de contar con un compendio archivísitico impresionante sobre aquellos tiempos. El Archivo de Indias y otros aportan infinidad de documentación sobre los que cruzaron el océano en busca de aventuras, fama y fortuna. Además, muchas veces fueron ellos mismos o quienes les acompañaron los que dejaron por escrito el relato de sus expediciones, aventuras y sinsabores. Cuando volvemos a consultar esas fuentes primarias surgen infinidad de datos y detalles que a menudo se obvian y que ofrecen interesantes pistas para tener una idea mejor de lo que realmente ocurrió.
Leer e investigar nos lleva a ponernos en su lugar e imaginar como ocurrió todo en aquél universo tan diferente, fascinante y peligroso; nos ayuda a meternos en la piel y en la mente de aquellas hombres y mujeres. En definitiva, sirve sobre todo para comprender mejor y juzgar menos desde nuestra confortable atalaya del siglo XXI.
¿Por qué están olvidados? (como tantos otros personajes de nuestra historia). ¿Y ellas? Porque a menudo no se las tiene en cuenta...
La historia de España, por infinidad de razones, siempre ha estado proscrita en los planes de enseñanza y además, a menudo, la han escrito otros. No le damos importancia a nuestro rico pasado y a todo lo que ha supuesto nuestra nación para el resto del mundo. Buscamos con denuedo el lado oscuro de todo para autoflagelarnos un poco más. ¿Se imaginan si Cortés, Balboa, Pizarro o Valdivia fueran franceses, ingleses o estadounidenses? Todo sería muy diferente, pero eran españoles y hay que restarles méritos, resaltando a menudo su faceta más negativa.
Estamos conmemorando los 500 años de la primera vuelta al mundo, hazaña sin parangón patrocinada por nuestra Corona, comandada por Magallanes y finalizada con éxito por Juan Sebastián Elcano. También los 500 años de la llegada de Hernán Cortés al actual México. Pero lo hacemos de tapadillo y con escasos recursos, sin resaltarlo en demasía por nuestros miedos y complejos. Vuelvo a lo anterior... ¿Se imaginan estas conmemoraciones si Elcano o Cortés fueran franceses, ingleses o estadounidenses?
Por otra parte, las mujeres estuvieron presentes desde el principio en la aventura americana. En el segundo viaje de Colón ya iban algunas al Nuevo Mundo. Siempre fueron menos que los hombres y al principio muy pocas, pero las hubo y de toda condición. Algunas incluso desempeñaron por diversas circunstancias cargos netamente masculinos para aquella época (virreina, gobernadora, almirante, adelantada,...) e incluso tomaron la espada para vivir mil aventuras como Catalina de Erauso “la monja alférez” o defender Santiago de la Nueva Extremadura como hizo Inés Suárez, amante de Pedro de Valdivia.
Pero además de las más conocidas, hubo otras muchas mujeres anónimas y valientes que cruzaron el océano para reunirse con sus esposos, viudas que comenzaban una nueva vida, solteras que buscaban un futuro mejor en algún rincón de aquel enorme continente,... Todas ellas contribuyeron a configurar el universo criollo.
En lo referente a la presencia española en Norteamérica también hay un olvido de su legado ¿Qué considera que se debe hacer para remediarlo?
Ustedes están haciendo una gran labor, estrechando lazos y difundiendo la profunda huella hispana en los actuales Estados Unidos. Fuimos los primeros en arribar a sus costas y en establecernos allí, y nuestro trato con los naturales de aquellas tierras fue infinitamente mejor que el posterior de los anglosajones.
Cierto es que la presencia española fue más limitada por la escasez de hombres y la enormidad de aquél territorio, pero no por ello menos épica, sino al contrario. Exploramos llanuras inmensas, cañones, montañas, ríos, valles y desiertos... dando nombre a muchos de aquellos lugares que hoy permanecen y fundando nuevas ciudades y misiones.
Eso hay que contarlo y explicarlo, como lo vienen haciendo, sin temor alguno y con orgullo. En Estados Unidos se reconoce esa huella profunda española en su historia pese a los lamentables ataques fomentados por populistas manipuladores a las estatuas de Colón o Fray Junípero Sierra.
Por citar un personaje, que usted conoce bien, hablemos de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, un auténtico superviviente. ¿Qué destacaría de este personaje para quienes no lo conozcan?
Lo mejor de don Álvar, además de la tremenda epopeya que vivió en sus carnes, es que nos lo contó en “Naufragios”. Este libro, quizás adaptado al lenguaje actual, debería ser de lectura obligatoria en los colegios. Ahí está todo... la aventura, el temor, la angustia, el hambre, la sed, la astucia, el valor, la naturaleza, la flora, la fauna, el Nuevo Mundo y sus gentes,... Cabeza de Vaca recorrió durante más de ocho años el sur de los actuales Estados Unidos, desde la Florida hasta California; náufrago y cautivo de los indios, sobrevivió a base de valor e ingenio en un entorno del todo desconocido y sumamente duro. Fue tesorero, soldado, prisionero, luego mercader, curandero, explorador, etnógrafo, geógrafo, naturalista, cronista,...
Cuando una partida de españoles se topó al fin con él al norte de la Nueva España no daban crédito al ver a un extraño indio barbudo hablándoles con fatiga en castellano...
Recibido por todo lo alto en México , don Álvar marchó a España para narrar su increíble historia. Recibió mercedes de la Corona pero, en lugar de retirarse a vivir de sus recuerdos y una buena renta, pidió un nuevo destino al otro lado del océano.
Se le concedió la inestable gobernación del Río de la Plata y allá fue el bueno de don Álvar, siendo el primer europeo en contemplar las majestuosas cataratas de Iguazú. Trató de proteger a los indios pero su gobierno duró muy poco por los recelos, envidias y oposición de otros conquistadores de aquellas latitudes. De hecho, fue apresado, enviado a España, juzgado y condenado... en un final muy triste para un tipo tan grande.
Por último, ¿Qué recomendación daría a quienes quieran conocer en profundidad el legado español al otro lado del atlántico?
Lean, por favor. Olviden lo que les han dicho o los tópicos a menudo negativos que circulan por ahí. Tenemos cada vez más documentos digitalizados en nuestros archivos estatales y abundante bibliografía. Huyan de maniqueismos, ideas preconcebidas, ideologías actuales que todo lo distorsionan,...
Lean, investiguen e imaginen, trasládense a aquellos tiempos y hagan el favor de no juzgar con su mentalidad del siglo XXI. Ningún episodio de la historia es blanco o negro en su totalidad, ténganlo en cuenta. Desconfíen de quien así lo ve.
Tenemos la fortuna de que todo está escrito desde hace siglos y las fuentes primarias abundan en lo relativo a la presencia española en América. Hay que volver a ellas, sin prejuicios o componendas, con actitud cabal y constructiva.
Durante tres siglos la mayoría del continente americano formó parte de España. Creo que esto merece un mínimo esfuerzo por nuestra parte, abrir los ojos y el interés por conocer nuestra gran historia huyendo para ello de leyendas negras o rosas.
Como dice el enunciado de su pregunta, España dejó un legado inmenso al otro lado del océano: idioma, mestizaje, ciudades, universidades, … merece la pena conocerlo, al igual que a los aventureros que abrieron camino.
La Fundación de Santa Bárbara y su legado hispano
Los primeros europeos en ver la zona donde hoy se ubica Santa Barbara fueron los liderados por Juan Rodríguez Cabrillo en su expedición de 1542. Años más tarde, en 1602, Sebastián Vizacaín, que cartografió la costa californiana, dio el nombre de "Santa Bárbara" al canal y también a una de las islas del canal en agradecimiento por haber sobrevivido a una violenta tormenta el 3 de diciembre, la víspera de la fiesta de esa santa.
Años más tarde, la expedición liderada por Gaspar de Portolá pasó por la zona en 1769, e hizo noche allí el 18 de agosto. Como es sabido, la expedición de Portolá fue el comienzo de los esfuerzos españoles por asentarse en la Alta California y con la ayuda de Junípero Serra fundó un gran número de misiones y presidios que articularon la presencia española en la zona. Santa Barbará fue uno de ellos, pero su fundación llegaría más tarde.
De hecho, el propio Portolá no se quedó, y no fue hasta 1782 cuando Don Felipe de Neve ordenó construir el Presidio de Santa Bárbara, uno de los varios puestos militares destinados a proteger la Alta California contra los intereses extranjeros y a proteger las misiones contra los ataques de nativos hostiles.
Muchos de los soldados que vinieron a construir y guarnecer el Presidio trajeron a sus familias con ellos, y después se establecieron en Santa Bárbara. De hecho, la mayoría de las familias más antiguas de Santa Bárbara descienden de estos primeros colonos, y muchos de sus nombres permanecen en las calles y en los nombres de los lugares, como Cota, De la Guerra, Gutiérrez, Carrillo y Ortega.
Este legado también permanece vivo en la ciudad de Santa Bárbara a través de la bandera del municipio. La bandera de la ciudad de Santa Bárbara fue creada en 1920, y fue adoptada como la bandera oficial de la ciudad en 1923. Precisamente, el rojo y el amarillo recuerdan los orígenes españoles de la ciudad.
El sueño hispano de Archer Huntington
Archer Huntington, cuyo verdadero nombre era Archer Milton Worsham, nació en la ciudad de Nueva York el 10 de marzo de 1870. Adoptó el apellido Huntington en 1884, cuando su madre, Arabella Duval Yarrington Worsham, contrajo matrimonio con Collis Potter Huntington, un gran empresario del mundo de los ferrocarriles y la construcción naval. De buena posición económica y social, Archer decidió emprender viajes por el mundo con el sueño de poder algún día crear un museo con las obras que iba adquiriendo. Su madre, Arabella, fue quien le inculcó este amor por el arte y la literatura, que posteriormente confluirían en el mundo hispano que cautivó a Huntington.
Había tenido contacto con el mundo hispano anteriormente, pero fue en 1889 cuando acompañó a sus padres en un viaje de negocios a México, donde experimentó la cultura hispánica de primera mano y quedó impresionado tomando la decisión de crear un museo "español", que posteriormente se haría realidad. En 1892 realiza su primer viaje a España y se esforzó por aprender bien el idioma, lo suficiente como para poder escribir versos en español, además de realizar una edición en tres tomos del Cantar de mio Cid, en la cual ofreció por primera vez una versión inglesa completa además del texto español y las notas.
Tras nuevos viajes a España, su biblioteca y colección de cuadros fue creciendo a pasos agigantados. En febrero de 1897, su padre le regaló una propiedad, de nombre Pleasance y tres pinturas españolas de la colección de Collis, que incluían el retrato realizado por Antonio Moro de El Duque de Alba (1549). Por fin Huntington disponía de espacio para albergar una biblioteca. En enero de 1902, compró la codiciada biblioteca del Marqués de Jerez de los Caballeros, una importante colección privada de literatura española antigua de la época.
Finalmente, con unos terrenos adquiridos en el Alto Manhattan, el 18 de mayo de 1904 Archer Huntington formalizó el Acta Fundacional de una biblioteca y museo español de carácter público que se llamó The Hispanic Society of America. El objeto de la entidad sería el «fomento del estudio de las lenguas, la literatura y la historia española y portuguesa». En poco más de un año, el edificio estaba construido, aunque se necesitaron 2 años más para la disposición de las colecciones que estuvieron supervisadas por Huntington.
Un antes y un después de la Hispanic Society lo marcó la exposición de Sorolla. Cuando Huntington descubrió las pinturas de Joaquín Sorolla expuestas en la Grafton Gallery de Londres, comenzó a hacer planes para organizar una exposición en la Hispanic Society al año siguiente. La exposición de Sorolla fue un éxito en Nueva York y la visitaron casi 160.000 visitantes entre el 4 de febrero y el 8 de marzo de 1909. De esta muestra, Huntington tuvo la oportunidad de adquirir algunas obras, incluyendo Después del baño (1908), Bueyes sacando la barca (1903) e Idilio marino (1908).
En 1910 Huntington encargó a Sorolla una serie de grandes pinturas históricas sobre España y Portugal, el encargo de Sorolla sobre las provincias de España se terminó en 1919, pero no se instaló y se abrió al público hasta 1926. En todos estos años Huntington continuó adquiriendo obras de arte y literarias que se albergarían en la Hispanic Society. Otro hito tuvo lugar tras su segundo matrimonio, que contrajo en 1923 con la conocida escultora Anna Vaughn Hyatt, esta creo una escultura de El Cid que se colocó en 1927 en la terraza inferior, convirtiéndose inmediatamente en el símbolo extraoficial de la Hispanic Society.
Huntington moriría en 1955 y poco a poco fue desvinculándose de la administración de la Hispanic Society. Su legado, sin embargo, sigue vivo a través de una de las colecciones de arte y literatura más importantes del mundo y que contribuye al reconocimiento del legado hispano en EEUU.
Conoce la Herencia Hispana de Florida
Desde que en 1513 el vallisoletano Ponce de León llegó a Florida, hasta la venta del territorio en 1821, España tuvo una importante presencia en el estado. Fundó las primeras ciudades y se asentó en el territorio dejando una huella imborrable en su arquitectura, banderas, sellos, toponimia y otros muchos elementos que reflejan el legado español del territorio.
Los nombres a destacar en este proceso son muchos: Ponce de León, Vázquez de Ayllón, Pánfilo de Narváez, Álvarez de Pineda, Cabeza de Vaca, Tristán de Luna, Menéndez de Avilés... Todos estos nombres marcaron los hitos históricos del inicio de la presencia española en el territorio y que a día de hoy, como vemos, se mantiene más viva que nunca. Estos son algunos ejemplos:
El nombre del estado:
Una de las teorías expresa que Ponce de León llamó así al territorio debido a su abundante vegetación y el colorido de esta. Sin embargo, la teoría más comúnmente aceptada entre los historiadores es que se denominó así a la zona ya que su “descubrimiento” coincidió con la Pascua de Resurrección, conocida también como Pascua Florida. De esta forma se consideró adecuado dotar de este nombre al territorio de Florida.
Su bandera:
El diseño actual de la bandera de Florida se adoptó en el año 1900. Los habitantes del estado ratificaron una enmienda para agregar barras rojas diagonales en la forma de una cruz de San Andrés a la bandera, puesto que antes solo contaba con el sello del estado en un fondo blanco. Al igual que en el caso de la bandera de Alabama, la elección de incluirla tiene que ver con la importante presencia española en el actual estado de Florida y la utilización de la Cruz de Borgoña como pabellón nacional durante los muchos años en los que España tuvo el control de aquellos territorios.
La ciudad más antigua de EEUU, San Agustín:
En 1565 Pedro Menéndez de Avilés fundó en La Florida San Agustín, la ciudad más antigua de EEUU habitada de forma continuada. Todo ello bajo la mirada de numerosos indígenas, que fueron invitados a una comida con los europeos. Precisamente el escudo de esta ciudad recuerda la importante herencia hispana del territorio. En el escudo encontramos la corona simbolizando a la monarquía, una flor de lis en representación de la monarquía borbónica que entregó el escudo a la ciudad y como no podía ser de otra forma los reinos de Castilla y León también están representados. También se aprecia una referencia a la importancia militar que tenía San Agustín mediante un brazo con armadura, doblado a la altura del codo, sosteniendo una espada de plata sobre un fondo rojo.
Ciudades y condados con nombres españoles:
La toponimia hispana de los condados supera el 10% y encontramos nombres como León o Santa Rosa entre ellos. Además, existen dos condados que deben su nombre a la figura del explorador español Hernando de Soto: DeSoto County y Hernando County. Por otro lado, también encontramos lugares como Ebro u Oviedo, que hacen referencia directa al legado español del estado.
Estos son solo algunos elementos del extenso legado español en Florida, un estado con una importante comunidad hispana y cuya relación histórica con España es palpable a día de hoy.
Entrevista con la historiadora Enriqueta Vila
Hablamos con Enriqueta Vila, historiadora y miembro de la Real Academia de la Historia que nos aporta su visión del papel que jugó España en América y la importancia de recordar ese legado tan desconocido para muchos.
¿Cómo nació su amor por la historia? ¿Y más concretamente por la historia de América?
Siempre me gustó la Historia. He sido muy lectora desde muy joven y me apasionaban las biografías, hoy tan de moda como género histórico. Cuando llegué a la Universidad, entre las carreras que podía estudiar en Sevilla entonces, no lo dudé. Elegí lo que era Filosofía y Letras, una licenciatura completísima con tres cursos de comunes en los que se estudiaban todas las ramas de Humanidades. Luego, en los dos últimos cursos, llegaba la especialización. En mi Universidad había dos para elegir: Historia general e Historia de América. No lo dudé, teniendo como tenemos en Sevilla el Archivo General de Indias. Elegí Historia de América y nunca me he arrepentido. Es apasionante.
¿Hay motivos para estar orgullosos de la presencia española en América?
Por supuesto que los hay. Como también la certeza de que algunas cosas no se hicieron bien. Pero hay que ver los hechos históricos en todo su contexto y sin tendencias ideológicas. España aportó a los pueblos americanos muchas posibilidades que no hubieran tenido con otros conquistadores: interconexión entre las distintas culturas que se ignoraban por completo, el vehículo de una lengua común que nunca se impuso, sino que se transmitió por la convivencia entre españoles y aborígenes, una mentalidad, no de colonia, sino de nuevos reinos con las mismas consideraciones que las españolas y con las mismas instituciones transportadas, una relación de igual a igual que hizo posible el mestizaje tanto racial como cultural. Se crearon rápidamente colegios, universidades, iglesias, audiencias, virreinatos…Toda una organización administrativa y legal – la legislación indiana es modélica- que igualó aquellas tierras con las peninsulares. Como es sabido, España fue el único país que se planteó muy seriamente el derecho o no de ocupar aquel territorio y de aquella discusión filosófica-teológica, surgió el Derecho de gente del P. Vitoria, germen de los actuales derechos humanos. Junto a esto se puede observar la conducta de los demás pueblos que colonizaron después y se podrá apreciar cómo podemos estar orgullosos. Porque además hay que tener en cuenta que la presencia de España en América duró más de tres siglos y por tanto hay que estudiar esa historia con los cambios de mentalidades a uno y otro lado del Atlántico
Realizó su tesis de licenciatura sobre el encuentro de los españoles que van al norte de California con los rusos de Alaska. ¿Qué podemos desatacar de ese episodio tan desconocido para muchos?
Que gracias a esas noticias de la presencia rusa en Alaska las expediciones hacia el norte de California se aceleraron y se descubrió toda la costa del Pacífico norte. Es una época de grandes marinos y no sólo se interesaron por conectar con los rusos, cosa que se logró, sino también de ir creando puertos en toda la costa que junto a las misiones que iban fundando los franciscanos en el interior para dar cobijo y catequizar a los pueblos indígenas, se creó lo más bello de lo que aún posee hoy el magnífico estado de California.
Si tuviéramos que rescatar otra historia desconocida del papel de España en Estados Unidos ¿Cuál sería su favorita o una que considera especialmente interesante?
Pues hay dos aspectos no muy conocidos que merecerían ser resaltados y los dos guardan relación con lo que hoy son los EEUU. En primer lugar que con la conquista del Norte de México comienza el modelo de colonizador de lo que luego sería en los nuevos estados del norte la llamada conquista del Oeste. El tipo del vaquero, los fuertes, las pequeñas poblaciones, las caravanas…Así se llegó a Texas, Nuevo México y parte de California. Pero con una diferencia: que mientras en la conquista del Oeste no existió ni el mestizaje, ni la cristianización, ni el cuidado a los indios por parte de los misioneros, en la del Norte de México, sí. Pero los norteamericanos han sabido hacer una epopeya de celuloide de su marcha hacia el Oeste y nosotros somos acusados de genocidas. La segunda cuestión que tampoco se conoce es la ayuda que España brindó a las Trece Colonias en su independencia de Inglaterra. Ayuda política, económica y militar. Actualmente, el retrato de un malagueño, Bernardo de Gálvez, está colgado en el Capitolio por su intervención en este hecho. Hace unos meses se ha publicado un libro sobre esa Historia escrito por un periodista sevillano, Francisco Reyero, que fue delegado en Andalucía del Diario La Razón y ahora trabaja para un programa de RNE.
¿Por qué cree que precisamente en Estados Unidos es donde el legado hispano recibe más ataques por parte de ciertos grupos?
Pienso que por varias causas: xenofobia, desde luego, muy acusada entre los americanos y piensa que los hispanos, al ser emigrantes de Hispanoamérica la mayoría, son inferiores; probablemente el peso del español como lengua que va incrementándose rápidamente y por último el peso de que esa minoría mayoritaria pueda influir, cono ya lo hace, en las elecciones. Eso entre otras causas.
Tengo entendido que es una admiradora de Puerto Rico ¿Qué destacaría de la “Isla del Encanto”?
Todo. Su belleza natural y arquitectónica, su gente, su historia, su forma de hablar el español, con una mezcla que suena mejor que en otra parte del mundo. Pero, sobre todo, su tenacidad de no haber perdido su lengua a pesar de la presión del inglés. Siempre digo que es el mejor Instituto Cervantes del mundo.
Herencia española en los sellos de EEUU
Una afición muy extendida entre muchas personas es la filatelia: la afición por coleccionar y clasificar sellos, sobres y otros documentos postales. Esta afición muestra en ocasiones hallazgos realmente llamativos y nos descubre hechos curiosos. Este es el caso de la relación histórica de España y Estados Unidos, que está ampliamente reflejada en sellos oficiales del servicio postal estadounidense y que recordamos con algunos ejemplos.
Bernardo de Gálvez
El gobernador español del territorio de Luisiana, Bernardo de Gálvez, contribuyó enormemente a la victoria estadounidense de la Guerra de Independencia. El General Gálvez lanzó ofensivas contra los británicos en Louisiana y Florida Occidental y estas victorias contribuyeron significativamente a la lucha por la independencia americana. Por ello, además de otros reconocimientos, en 1980 se fabricó este sello en su honor recordando el bicentenario de la batalla de Mobile.
Juan Rodríguez Cabrillo
En 1542 Juan Rodríguez Cabrillo lideró la primera Expedición europea a las costas de lo que ahora es el estado de California. Sin embargo, España no se asentó en California hasta finales del siglo XVIII, cuando comenzó la presencia activa en el territorio. El Servicio Postal de Estados Unidos emitió un sello de 29 centavos en honor a Cabrillo en 1992, conmemorando los 450 años desde su llegada.
Juan Ponce de León
Juan Ponce de León tuvo grandes hitos como explorador. El primero fue explorar y asentar la presencia española en Puerto Rico, donde fundó el asentamiento más antiguo, Caparra, cerca de lo que hoy es San Juan. Ponce de León fue, además, el primer gobernador de la isla. Otro hito fundamental fue el descubrimiento de Florida en 1513. Por ello se emitió un sello de 20 centavos en honor a Ponce de León en 1982.
Fray Junípero Serra
Este sacerdote franciscano nació en Petra, Mallorca. En 1730, a la edad de 16, entró en la orden franciscana y tomó el nombre Junípero. Este misionero fue clave en el desarrollo de California donde fundó nueve misiones. El Papa Juan Pablo II lo beatificó en septiembre de 1988 y el Papa Francisco lo canonizó posteriormente. Serra cuenta con un sello de correo aéreo emitido en 1985.
Primer asentamiento civil en la Alta California
España fundó su primer asentamiento civil en 1777 en Alta California en lo que ahora es la ciudad de San José. Antes de 1777, España ya había establecido una cadena de ocho misiones y presidios en Alta California. Estos asentamientos civiles en Alta California tuvieron una profunda influencia en el desarrollo de la Costa Oeste y de todos los Estados Unidos. En 1977 se emitió un sello de 13 centavos para conmemorar el año del bicentenario del establecimiento de los asentamientos civiles en Alta California.
Asentamiento en California
En 1769, Gaspar de Portolá, acompañado por el Padre Junípero Serra dirigió una expedición española para establecerse en California. En lo que ahora es San Diego, fundaron la primera de 21 misiones y presidios y comenzó el asentamiento español en el territorio. Un sello de 6 centavos se emitió en 1969 un sello para conmemorar el 200 aniversario de la fundación de la ciudad.
La expedición de Coronado
Inspirado en la descripción de Marcos de Niza de las Siete Ciudades de Cibola en lo que ahora es Arizona, el explorador español Francisco Vázquez de Coronado comandó una expedición que se adentraría en el suroeste estadounidense entre 1540 y 1542. En 1940, cuatrocientos años después del inicio de la expedición, se emitió un sello de 3 centavos, que muestra una reproducción de un cuadro de Gerald Cassidy donde aparecen Coronado y sus capitanes.
Misión de San Xavier del Bac
La Misión de San Xavier del Bac, también conocida como "Paloma Blanca del Desierto", es una obra maestra de la presencia española en EEUU. El Padre Jesuita Kino fundó la misión en 1692 para servir a la tribu local Pápago. En 1783, los monjes franciscanos comenzaron a renovar la misión. Podemos encontrar este emblemático edificio en otro sello de EEUU emitido en 1971.
Fundación de San Agustín
El almirante español Don Pedro Menéndez de Avilés fundó San Agustín en 1565, nombrando el lugar en honor del santo cuya fiesta era el día en que se estableció el asentamiento. En 1965 se emitió un sello de 5 centavos para marcar el 400 aniversario de la fundación de San Agustín, la ciudad más antigua de EEUU. Al mismo tiempo, España también emitió un sello casi idéntico, excepto por las necesarias diferencias de idioma y denominación.
Asentamiento en el suroeste
En 1598, una expedición española liderada por Don Juan de Oñate creó la primera carretera europea en los Estados Unidos, el Camino Real de Tierra Adentro, más tarde construyó el primer asentamiento europeo al oeste del Mississippi en San Gabriel. En 1998 se emitió un sello de 32 centavos recordando estos hechos.
El Palacio de los Gobernadores
Está considerado como el edificio público más antiguo de los Estados Unidos, el Palacio de los Gobernadores fue construido por españoles en 1610. El gobierno de Nuevo México estuvo localizado en este sitio desde 1610 hasta 1901. Durante esos años, las banderas de España, México, la Confederación y los Estados Unidos ondearon sobre este histórico edificio. El edificio, que está en Sante Fe, Nuevo México, es ahora un museo. Se emitió un sello en 1960 para recordar este emblemático enclave.
Misión en California
En 2012, cuando se acercaba el 250 aniversario de la fundación de la primera misión en California, se emitió un sello oficial para conmemorar este hecho. En él se ve la misión del Carmelo, conocida formalmente como Misión San Carlos Borromeo del Río Carmelo, fundada el 3 de junio de 1770. Fue la segunda de lo que se convertiría en una cadena de 21 misiones españolas a lo largo de la costa de California. También fue la segunda misión establecida por el Padre Junípero Serra (1713 - 1784), el fundador del sistema de misiones de California. El Padre Serra está enterrado en la iglesia de la misión.
Estos son solo algunos ejemplos llamativos de como se recuerda el legado español en Estados Unidos a través de importantes hitos o personajes ilustres en la historia de España en Estados Unidos. Aunque, sin duda merece una mención especial Cristóbal Colón y sus expediciones al Nuevo Mundo. En la Exposición Mundial Colombina que se celebró en Chicago en 1893 se emitieron 13 sellos oficiales que recordaron la figura de Colón y sus exploraciones. Además de estos, también podemos encontrar sellos que recuerdan la llegada de Colón al nuevo mundo, el desembarco en Puerto Rico y otros hitos de sus expediciones.En muchos de ellos también se recrean las figuras de otros miembros de las expediciones como Bartolomé y Diego Colón, Rodrigo de Escobedo, Alonso de Ojeda, Juan Pérez, Martín Alonso Pinzón, Vicente Yáñez Pinzón o Rodrigo Sánchez. Aquí mostramos algunos ejemplos:
Descubre la herencia hispana de Arizona
Un 14 de febrero de 1912 Arizona fue admitido como estado de los Estados Unidos. Si analizamos su historia, encontramos que la presencia hispana del estado es innegable, su nombre, bandera, ciudades... Todo ello nos recuerda la presencia española en este lugar que aún perdura con el paso del tiempo.
Si nos remontamos a 1539 encontramos a Fray Marcos de Niza, considerado como el primer español en llegar a lo que hoy es Arizona. Posteriormente, Vázquez de Coronado, en su expedición realizada entre 1540 y 1542, también recorrió el territorio dejando impronta hispana.
Habría que esperar, sin embargo, al siglo XVII para que el asentamiento español en la zona ganara peso y gran mérito de ello lo tiene el padre Eusebio Kino. Después de estar destinado en Baja California, Kino se traslado Pimeira, entre los ríos Colorado y Gila, dentro de lo que hoy es Arizona. Allí se empleó a fondo en la fundación de misiones, entablando buenas relaciones con los indígenas locales, a quienes visitaba con una mula llena de regalos defendiendo su máxima de que “es más fácil enseñar a un indio bien alimentado que a uno hambriento”.
En su expansión misionera, Kino formó a indígenas en oficios necesarios para el desarrollo de las misiones -carpinteros, herreros, pintores…- y solicitó a México el envío de ganado, semillas y todo lo necesario para convertir a estos nuevos centros en autosuficientes y estables. Introdujo así en Arizona el ganado, el trigo, los árboles frutales, pero también la arquitectura y música occidentales, al tiempo que convirtió a la postre a los indígenas, antes nómadas y guerreros, en tribus estables y pacíficas.
Desde entonces, la presencia española en el estado de Arizona fue más que notable hasta la independencia de México en 1821. En esta infografía recordamos algunos de los hechos más importantes de esta relación histórica entre España y Arizona.
La estatua más alta de EEUU: un monumento a Colón
La icónica Estatua de la Libertad de Nueva York no es la estatua más alta en el territorio estadounidense. Este hito lo ostenta un monumento a Cristóbal Colón en la isla de Puerto Rico, concretamente en la localidad de Arecibo. Allí, se encuentra situada la estatua conocida como "El nacimiento de un Nuevo Mundo" (Birth of the New World) que muestra al almirante Cristóbal Colón en su llegada a América.
Aunque la estatua terminó en Puerto Rico, la obra de arte fue planeada originalmente como una donación a los Estados Unidos para conmemorar el 500 aniversario de la llegada de Colón a tierra en 1492. Fue rechazada por primera vez por Columbus, Ohio, antes de que otras ciudades (incluidas Nueva York, Boston, Cleveland, Fort Lauderdale y Miami) la siguieran. Finalmente, tras años de discusiones, la estatua finalmente encontró un hogar en Puerto Rico, isla a la que Colón llegó en 1493.
La estatua fue diseñada por el artista georgiano-ruso Zurab Tsereteli. La estructura está compuesta por 2.500 piezas de bronce, acero y cobre, y se necesitaron más de 110.000 horas para terminar su construcción. Cuenta con casi 90 metros de alto, sin contar la base, superando a la estatua de la libertad de Nueva York y al Cristo del Corcovado de Rio de Janeiro.
La estructura llegó a Puerto Rico en 1998 tras la compra de la estatua y finalmente, se obtuvo la financiación suficiente para poder levantar el monumento. Se estima que el coste total fue de más de 20 millones de dólares y su instalación forma parte de un complejo ecoturístico puesto en marcha en la localidad de Arecibo.
Sidney Franklin, de Brooklyn a Las Ventas
Sidney Franklin (cuyo nombre real era Sidney Frumpkin) es un nombre desconocido para muchos, pero que cuenta con una historia que merece la pena leer. Nació en Brooklyn, Nueva York, un 11 de julio de 1903 y por aquel entonces ni se imaginaba que sería matador de toros. Fue uno de los diez hijos de una pareja de judíos ortodoxos nacidos en Rusia pero su destino esperaba cerca de los ruedos.
Tras discutir con su padre se fue a México y allí comenzó a conocer el mundo de la tauromaquia. Cuentan que fue a raíz de una discusión, en la que le insinuaron que los estadounidenses no tenían valor para ser toreros, cuando decidió ser matador. Así, se preparó en México y debutó en el país como novillero el 27 de julio de 1924, con novillos de Cazadero.
Continuó lidiando corridas en otras plazas de América hasta que dio el salto a España y debutó en Sevilla como novillero el 9 de junio de 1929, alternando con Camará II, que resultó cogido, y Reina Echevarría con novillos de José Rufino Moreno Santamaría. Esa temporada toreó 14 novilladas y conoció al escritor Ernst Hemingway que era un aficionado al festejo taurino y con el que entabló gran amistad. En 1930 fue cogido gravemente en Madrid y tras ello regresó a México y posteriormente a Estados Unidos.
En 1937 volvió a España de la mano de Hemingway, quien cubría la Guerra Civil, pero pronto volvería a Estados Unidos. Fue en 1945 cuando regresó a España para tomar la alternativa como matador de toros el 18 de julio de 1945 en Madrid. En 1952 escribió su autobiografía, Bullfighter From Brooklyn, mientras mantuvo en España su carrera y diversos negocios hasta 1957. Posteriormente, volvió a Estados Unidos y México donde se retiró del toreo en 1959 tras una última cogida. Falleció en Nueva York en 1976 después de residir durante los últimos siete años de su vida en una residencia de ancianos.
A Franklin, se le conocía como "El Yanki" o "El Torero de la Torah", sin duda un personaje curioso dentro de la tauromaquia y de la relación de España y Estados Unidos.