Rota como símbolo de las buenas relaciones entre España y EEUU: "Somos socios, amigos y aliados"

“Somos socios, amigos y aliados”. Estas palabras de Conrad Tribble, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en España, ponen de relieve la larga trayectoria de buenas relaciones entre España y EEUU. Las palabras del diplomático estadounidense cobran si cabe más importancia teniendo en cuenta que las pronunció ante la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, en una visita conjunta a la base naval de Rota (Cádiz) que, además, supuso la primera vez que Robles visitaba un buque de la Armada estadounidense.

El comandante del USS Hershel Woody William, el capitán de Navío Michael Concannon, y el agregado de Defensa en la embajada de EEUU en España, el capitán de Navío Manuel Picon, recibieron a Robles a bordo del recién llegado USS Hershel Woody Willians, que sirve de plataforma móvil dedicada al apoyo a los aliados en el Mediterráneo y aguas de África, especialmente en operaciones de aviación naval y anfibias.

Durante el acto, Robles enfatizó que "lo más importante de esta visita es poner de relieve el reconocimiento a la colaboración [hispano-estadounidense], ese trabajo conjunto a favor de la paz y la seguridad en el mundo". También aprovechó para rendir tributo "a todos los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas estadounidenses que han muerto en misiones de paz en el mundo".

Más allá de los lazos militares, en el acto se hizo especialmente hincapié en las buenas relaciones que mantienen estadounidenses y españoles. Robles dijo: “Me consta que los que han estado en Rota (de la marina estadounidense) se sienten también españoles, hablan perfectamente español y así vamos a seguir”. En este sentido, Tribble puso el ejemplo del comandante de uno de los destructores de EEUU que nació y se crió en Rota siendo hijo de un oficial estadounidense y de una española.


Un hallazgo arqueológico que arroja luz sobre la larga expedición de Hernando de Soto

El espíritu aventurero y las promesas de riqueza empujaron a muchos exploradores a adentrarse en las tierras de América en el siglo XVI. Uno de ellos fue Hernando de Soto, primer europeo en cruzar el río Mississippi. La expedición encabezada por De Soto se alargó cuatro años e involucró a un mllar de españoles, de los cuales sólo sobrevivieron 350. Es más, De Soto falleció antes de haber terminado su viaje.

Sin embargo, los hitos no cuentan la verdadera epopeya ni ayudan a formar una verdadera historia. Eso es trabajo de historiadores y arqueólogos, como Charles Cobb, profesor de la cátedra Lockwood del Museo de Historia Natural de Florida. Cobb es autor principal del estudio sobre una serie de nuevos restos arqueológicos que arrojan luz sobre el periplo de De Soto.

En concreto, se trata de un hallazgo de más de 80 objetos de metal que se atribuyen a la expedición que el explorador extremeño llevó a cabo hacia el Misssissippi en el siglo XVI. Encontrados en Stark Farms, los estudiosos del hallazgo creen que corresponde a los restos dejados por los españoles en 1541, cuando se marcharon a toda prisa tras enemistarse con los Chickasaw, indígenas locales que les habían cedido un poblado para pasar el invierno.

La marcha apresurada de los españoles dejó un botín de cabezas de hachas, cuchillas, clavos y otros artículos hechos de hierro, cobre y una aleación de cobre y plomo, según informaba recientemente ABC. Gracias al estudio de estos objetos, el profesor Cobb destaca el valor de las piezas halladas por el uso dado por los nativos.

Y es que parte de los metales fueron modificados por los Chikasaw, moldeándolos con formas de herramientas que les fueran más familiares. Por ejemplo, las herraduras se transformaban en raspadores, las bandas de barriles, en utensilios de corte y los trozos de cobre, en colgantes. Se iniciaba así una etapa de experimentación entre los indígenas tras su contacto con europeos que enriqueció sin duda sus capacidades.

Cobb destaca uno de ellos: “Una de las cosas más asombrosas que hemos encontrado es una réplica de hierro exacta de un hacha de piedra o cabeza de hacha de los nativos americanos”. Esto marca una etapa de transición en la existencia de los amerindios, entre el desconocimiento de los artilugios europeos, antes de su llegada, y su total adoptación siglos más tarde. También es otra seña en tierras americanas del legado dejado por los colonos españoles.


Presentación del informe sobre Fort Mosé

https://www.youtube.com/watch?v=kvlrIvqqBoI


Antonio Benavides, el gobernador de la Florida que salvó la vida a Felipe V en el campo de batalla

Fue la pequeña provincia de La Matanza de Acentejo, al norte de Tenerife, la que vio nacer a Antonio Benavides González de Molina el 8 de diciembre de 1678. Allí, con ayuda de los contactos de su padre, un capitán de la Bandera de La Habana, que se fijó en las virtudes para la vida castrense que el muchacho mostraba, tuvo la oportunidad de alistarse en el ejército como cadete. Desde Tenerife partió con dirección a Cuba el joven Antonio para aprender el oficio militar, donde pasó tres años y, destacado por su dedicación y puntería con las armas, se ganó el puesto de teniente tras el estallido de la Guerra de Sucesión española en 1702.

Combatió en la infantería de Felipe V a quien Benavides conocería en persona gracias a su fama de buen tirador. Se da la circunstancia que Felipe V tenía por costumbre retirarse a Madrid a cazar cuando no estaba en el frente. Y en estas cacerías le gustaba ser acompañado por los mejores tiradores de las Guardias de Corps, la escolta real de la época quienes, conociendo la fama de Benavides, le habían invitado a pesar de no ser parte de este cuerpo. De ese modo, el monarca conoció a Benavides, del que llegó a decir: "¡Por San Martín! Sí que tienes pulso, Benavides". Tan impresionado estuvo que le invitó a unirse a su escolta sin pertenecer a la nobleza, algo muy inusual.

Con este nuevo cargo, Benavides se vio involucrado en las sucesivas campañas del ejercito real. Destacó ante el rey en varias batallas, levándose agradecimientos personales del monarca en batallas como las de Zaragoza y Brihuega, en el contexto de la Guerra de Sucesión. Pero el momento más importante de su relación con el rey fue sin duda en la batalla de Villaviciosa de Tajuña, en 1710. Al comienzo de la batalla, y estando alejado del pelotón que protegía a Felipe V, se dio cuenta de que el caballo del rey era el único blanco en el campo de batalla, lo que le convertía en una diana perfecta para los artilleros enemigos. Benavides cruzó el campo de batalla tan rápido como se lo permitió su propio corcel; al llegar junto al rey, viendo que no había un sustituto para la montura blanca, Benavides se lo cambió por el que él montaba. Como conscuencia, fue alcanzado por una granada enemiga. Si no llega a ser por la insistencia de Felipe V en buscarlo tras la batalla, habría fallecido allí mismo. Tan agradecido estuvo Felipe que, desde ese momento llamó padre a Don Antonio Benavides cuando generales y cortesanos estaban en frente. También le recompensó ascendiéndole y, tras firmar el tratado de Paz de Utrecht de 1714, otorgándole cargo de Gobernador y Capitán General de la Florida al que Benavides accedió en 1717.

Sería en este puesto donde Don Antonio de Benavides se ganó su lugar en la historia más allá de las anécdotas militares. Pues, si bien es cierto que era un inteligente capitán, su gestión de Florida iba a necesitar de sus dotes administrativas y de lealtad al proyecto imperial. Al llegar, el nuevo gobernador se encontró con la tarea de deshacer una trama de corrupción impuesta por su predecesor, Juan de Ayala Escobar, la cual Benavides acabó con justicia, castigando a los gestores corruptos y premiando a los que se ganaban su confianza y mostraban lealtad a la Corona.

De esta forma devolvió el orden a los controles aduaneros tan vitales para el Imperio. En el ámbito militar también tuvo una gran gestión con reto encontrado al estrenar el puesto.  Según llegó a Florida, se encontró también con una campaña de los nativos Apalaches instigada por la Corona Británica. Muchos fueron los daños producidos por los nativos, que llegaron a destruir el fuerte y la misión Franciscana de San Luis de Apapache. Sin embargo, el gobernador decidió ir casi en solitario a negociar la paz con las tribus, convenciéndoles de que no les valía la pena enfrentarse a una fuerza del tamaño del Imperio Español. Este movimiento, junto con la generosidad con la que donaba muchos de sus ingresos para ayudar a la población local, le ganaron el respeto y la veneración de las tribus nativas que abandonaron los ataques.

Viendo su gran éxito como gobernador, Felipe V y su sucesor, su hijo Felipe VI, le mantuvieron en Nueva España durante 30 años. Primero, por un periodo excepcional de 15 años, como gobernador de Florida. Luego como gobernador de Veracruz, ciudad con el puerto más importante de las Américas donde defendió las mercancías americanas de los corsarios ingleses. Y finalmente, como gobernador de la Provincia de Yucatán, donde también mantuvo a raya a los navíos británicos.

Abandonó América dejando un gran legado y fama como gobernador de los diferentes territorios que tuvo a su cargo y se fue a Manila para su último puesto al servicio de España. Tras ello, el monarca Felipe VI escuchó sus plegarias de volver a Canarias y le ofreció el puesto de gobernador de las islas. Sin embargo, Benavides finalmente dijo que no, alegando que estaba mayor, pues tenía ya 70 años. Finalmente, se retiró a su isla natal de Tenerife, donde donó las ganancias que había conseguido para renovar el hospital de Nuestra Señora de Los Desamparados en Santa Cruz de Tenerife y allí vivió tranquilo hasta los 83 años. En su lápida, lejos de destacar sus victorias militares, se resalta su fe como enfatiza el hecho de que fue enterrad con los ropeajes de la orden franciscana.

 


Demanda de un grupo hispano contra el revisionismo de estatuas en Santa Fe (Nuevo México)

El obelisco de piedra, que llevaba en pie 152 años, recordaba dos hechos. Por un lado, honraba a los soldados que combatieron por la Unión en la Guerra Civil Americana, muchos de ellos de origen hispano. Por otro lado, el monumento también rememoraba la cesión de tierras por parte del imperio español a las familias hispanas que colonizaron la zona en el siglo XVII.

Es por esto por lo que el grupo Unión Protectiva de Santa Fe quiere que el momumento de esta ciudad de Nuevo México (EEUU) no sea retirado. Consideran que quitarlo sería una deshonra a los soldados que murieron por proteger la libertad y la emancipación de los esclavos. En cuanto al recuerdo de la cesión de tierras, el grupo atribuye su defensa a la protección de “[su] historia, cultura y tradiciones, y también [su] religión”. La denuncia se basa en considerar el monumento un sitio histórico protegido por la ley estatal y que los planes de quitarlo serían una deshonra a los veteranos hispanos. En la demanda, el grupo pide que el Ayuntamiento no pueda gastar más dinero en modificaciones al parque histórico hasta que el monumento sea restaurado.

Por el momento, la oficina de la alcaldía no ha comentado la demanda. Sin embargo, el alcalde, Alan Webber, ya tenía planes con respecto al obelisco. Antes de que los protestantes lo destruyeran el 13 de octubre de 2020, había planeado quitarlo. Al ser notificado del destino del monumento, dijo que se encontraba “enfadado de que lo hubieran destruido antes de que fuera retirado de forma segura”. Ahora plantea establecer una comisión para estudiar la manera en que el memorial debe recordar la compleja historia de la Guerra Civil esteadounidense. En su opinión, “hay que conversar” al respecto, según dijo a los medios

A pesar de que el acto vandálico no ha sido reclamado por ningún grupo de activistas, en un artículo de The Atlantic, hablan de los abusos debidos al afán conquistador del ejército americano del Oeste, que expulsó a las diferentes tribus de la zona y lideró el episodio histórico conocido como “La gran Marcha”. Por lo tanto, es probable que las discrepancias sobre el monumento tengan su origen en esa visión de la historia.

El alcalde de Santa Fe también ordeno que se retirase la estatua de Diego de Vargas, gobernador de Nuevo México de origen hispano, en un movimiento precavido que se observa en otros lugares de Estados Unidos. En concreto, en otras ciudades de Nuevo México se han retirado las figuras de Juan de Oñate, quien fuera gobernador de la provincia de Nuevo México en tiempos del Imperio Español. Otro ejemplo de Nuevo México: en Alcalde a la estatua le pintaron de rojo el pie que ya le habían cortado en 1997, en recuerdo al castigo impuesto a los nativos en la rebelión de Popé de 1680. Finalmente, la estatua fue retirada por el condado. En Albuquerque también se acabó retirando una estatua del explorador español que conmemoraba sus expediciones hacia el interior, una de las cuales resultó en la fundación de Santa Fe.


La española Ana Muñoz González, elegida mejor profesora de secundaria del año en Estados Unidos

La Association of Two Way & Dual Language Education concede cada año una serie de reconocimientos a los profesores más destacados de todo el país por su contribución e iniciativa en la enseñanza y promoción del bilingüismo entre los alumnos. Unos premios conocidos como “los Óscar de la educación”.

Este año, la galardonada en la categoría ‘National Secondary Teacher of the year’ ha sidola extremeña Ana Muñoz González, una profesora del Wakefield High School, una escuela de enseñanza secundaria en la ciudad de Washington.

Allí, esta científica de formación, que se ha convertido en la primera española en obtener este galardón, imparte desde hace siete años a sus alumnos las asignaturas de Biología y Química en español. De hecho, gracias a su iniciativa, su instituto es el único en Estados Unidos que imparte la asignatura de Química en nuestro idioma.

"Me gustaría comenzar diciendo que es un honor escribir sobre la profesora Ana Muñoz González. Es la persona más inteligente que he conocido. Tuve la suerte de tenerla como profesora de ciencias en Secundaria. Para mí fue una madre. Aprendí mucho. Siempre estaba ahí para ayudarme ante cualquier problema". Este es el inicio de una de las muchas cartas que los alumnos de esta extremeña enviaron para poner en valor su actividad.

Unas cartas que para Muñoz González suponen ya "el mayor de los premios", como ha reconocido en varios medios de comunicación. Y es que el reconocimiento de esta extremeña se ha convertido en noticia por ser la primera española en lograrlo. Un ejemplo más de la vinculación de España y Estados Unidos.


“España tiene una historia llena de grandes gestas que los propios españoles desconocen”

“Nuestro país tiene una historia increíble llena de grandes gestas, grandes nombres y momentos, que es una profunda desconocida para los propios españoles”. De esta manera el eurodiputado Jordi Cañas (Renew) reivindicó ayer el uso de las grandes efemérides españolas en el mundo para llevar a cabo una política exterior en todo el planeta.

Cañas, que recordó que “en el resto de países de Europa explican sus historias, con sus claros y sus oscuros, mientras que en España no conocemos la nuestra”, hizo estas afirmaciones desde el Parlamento Europeo durante el webinar de presentación del informe El Galeón de Manila y la primera globalización del comercio mundial, escrito por el escritor e hispanista Borja Cardelús y publicado por The Hispanic Council.

El acto, que tuvo formato de mesa redonda, estuvo moderado por María Saavedra, directora de la Cátedra Internacional CEU Elcano, y contó con la participación, además de Borja Cardelús y Jordi Cañas, cuya oficina ha apoyado la publicación del informe, del capitán de Navío José Ramón Vallespín, director del Departamento de Estudios e Investigación del Instituto de Historia y Cultura Naval. Daniel Ureña, presidente de The Hispanic Council, presentó el evento.

“Es preocupante la falta de interés o el desconocimiento que tenemos en España, cuando no la verdadera voluntad de ocultación de nuestra historia”, remarcó Cañas, quien señaló la oportunidad perdida de usar “el quinto centenario de la llegada de España a Filipinas para haber llevado a cabo una acción de diplomacia cultural en el mayor foco geopolítico y geoestratégico del mundo como es Asia”.

En este sentido, María Saavedra remarcó que, de hecho, ahora se conmemoran “los inicios de los lazos hispano-filipinos, a través de los cuales España establecía una nueva ruta comercial comparable a la ruta de la seda y en la que el Galeón de Manila es la pieza más importante para hablar del Océano Pacífico como el lago español, que es como se le conoció durante muchos años”.

Fue un marino español, Andrés de Urdaneta, quien descubrió el llamado Galeón de Manila, la ruta comercial que durante 250 años (1565-1815) sirvió de nexo de tres continentes: Asia, América y Europa, a través de Manila y Acapulco. Hasta aquel momento solo era posible hacer el viaje por el Pacífico desde América hasta Asia, gracias al empuje favorable de los vientos, pero nadie había sido capaz de hacer la ruta de vuelta, conocida como tornaviaje.

“De la misma manera que Colón se basó en muchísimos informes, Urdaneta supo aprender de todas las voces que oía y pudo diseñar su viaje gracias a ellas”, señaló Cardelús. Por su parte, el capitán Vallsespín enfatizó el valor de la hazaña de este marino, que permitió fijar una ruta que estuvo en funcionamiento como “vía de conexión entre Manila, Acapulco y Sevilla durante más de dos siglos”.

Urdaneta, que en sus últimos años se ordenó agustino y vivió recluido en un convento en México, había sido un aventurero nato, curtido en batallas y experto en la navegación por el Pacífico. En sus viajes marítimos había ido acumulando datos sobre los vientos y las corrientes que conforman el océano Pacífico y extraído sus propias conclusiones para hacerles frente. Sus hazañas llegaron a oídos de Felipe II, quien no dudó en pedirle que se enrolara como cosmógrafo en la expendición a Filipinas que había encargado a Miguel López de Legazpi.

Tras aventurarse por una ruta diferente a la de la ida, navegando hacia el norte en busca de vientos gélidos que incluso supusieron un peligro para la tripulación, consiguió alcanzar una corriente que le llevó hacia América, dando lugar a lo que Cardelús no dudó en calificar como “la primera globalización”.


Presentación del informe 'El Galeón de Manila y la primera globalización del comercio mundial'

The Hispanic Council presenta el informe “El Galeón de Manila y la primera globalización del comercio mundial“, elaborado por Borja Cardelús, escritor, hispanista y miembro del Consejo Asesor de The Hispanic Council.

El acto tendrá lugar de forma online el martes 22 de junio a las 18:00 horas (Madrid) y contará con la participación del autor del informe, Borja Cardelús; el Capitán de Navío Ramón Vallespín, director del Departamento de Estudios e Investigación del Instituto de Historia y Cultura Militar; y Jordi Cañas, diputado del Parlamento Europeo con cuya colaboración se ha contado para la elaboración del informe. María Saavedra, directora de la Cátedra Internacional CEU Elcano, ejercerá de moderadora y Daniel Ureña, presidente de The Hispanic Council, será el encargado de presentar el evento.

Puede inscribirse para asistir a la presentación pinchando en este enlace.


La expedición a Florida de Tristán de Luna

Tristán de Luna nació en 1510 en Borobia (Soria) pero fue al otro lado del Atlántico donde desarrolló la mayor parte de su vida y realizó varios viajes exploratorios en lo que hoy es México y también en Estados Unidos, tanto en la zona de Arizona y Nuevo México como en lo que hoy es Georgia y Florida. Pese a que su figura es poco recordada en la actualidad, a él le cabe el honor de haber fijado el primer asentamiento de población en la bahía de Pensacola.

Durante sus años en México, De Luna sirvió en la expedición de Francisco Vázquez de Coronado y ayudó a aplastar una rebelión india en Oaxaca. En 1559, el virrey mexicano, Don Luis Velasco, quería que se estableciera una colonia en Florida para que se detuvieran los barcos españoles, se desalentara el asentamiento francés y se despejara una ruta comercial por tierra hacia Santa Elena, en la actual isla de Parris, Carolina del Sur, donde se fundaría otro puesto de avanzada.

Velasco eligió al militar Tristán de Luna y Arellano para dirigir la expedición. Con una gran fuerza de 13 barcos, 500 soldados y 1.000 colonos y sirvientes, De Luna partió el 11 de junio de 1569. Tras varios días de tranquila navegación desembarcaron en la bahía de San Francisco, hoy Matagorda Bay, en donde se tomó posesión de esas tierras en nombre del rey de España. Continuaron el viaje hacia el este pero un huracán y diversas tormentas les enviaron hacia el interior del golfo de México y a duras penas lograron llegar a la bahía de Mobile (Alabama) y finalmente el 14 de agosto consiguieron arribar a la ya conocida bahía de Ochuse (hoy Pensacola, Florida).

Todo marchaba bien hasta que el 9 de septiembre de 1559 la bahía fue azotada por un huracán que destruyó los barcos y la mayor parte de la carga. Con la colonia en grave peligro, los soldados y aspirantes a colonos remontaron el río Alabama hasta el poblado indio de Nanipacana, que encontraron abandonado. Llamando al pueblo Santa Cruz, se instalaron en él durante varios meses. En noviembre llegaron dos barcos de socorro que permitieron pasar el invierno. Se prometió otro barco de socorro en primavera, pero, al no llegar, los colonos intentaron plantar cultivos; sin embargo, sus esfuerzos fueron infructuosos porque el suelo era demasiado arenoso. En septiembre de 1560, el barco de socorro que se esperaba en primavera aún no había llegado y los colonos se estaban desesperando. Muchos murieron en el camino y otros pasaron el invierno sobreviviendo con alimentos nativos como el maíz, las judías y las calabazas. A este punto De Luna cayó enfermo.

El relevo no llegó hasta marzo de 1561, cuando el virrey español envió a Ángel de Villafane en sustitución de De Luna. Villafane dejó unos 50 hombres en Ochuse y navegó con unas 230 personas hacia Santa Elena. También ellos fueron alcanzados por un huracán, pero algunos de los barcos sobrevivieron. Luego navegó con la flota azotada por la tormenta hasta La Española, y después hasta La Habana, Cuba, donde muchos de sus soldados se dispersaron. Después de tres meses en Cuba, Villafane regresó a Ochuse para retirar a los 50 hombres restantes de la colonia y navegó de vuelta a México.

Tristán de Luna y Arellano sobrevivió a su enfermedad y posteriormente, en 1563, se convirtió en gobernador de Yucatán, cargo que conservó hasta su muerte en 1571. La zona no volvió a ser poblada por europeos hasta 1698, cuando los españoles fundaron la ciudad de Pensacola.