Por su interés, reproducimos este artículo del Embajador de Estados Unidos en España, James Costos, publicado hoy en la edición digital del diario El MundoBeneficios mutuos de nuestra relación en materia de defensa.

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Esta imagen de un infante de marina, vestido con ropa de trabajo, pintando cuidadosamente un precioso arco azul sobre la entrada a un convento en España no es probablemente lo que cabría pensar al oír las palabras «cooperación entre Estados Unidos y España en materia de defensa»

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. Pero, en realidad, esta fotografía del sargento artillero Robert Downing ayudando a restaurar el Convento de Santa Clara en Morón de la Frontera, que celebrará su 500 aniversario próximamente, representa el servicio, la construcción de la comunidad y los lazos personales de más de sesenta años de relación militar. Sólo el año pasado, el sargento artillero Downing y sus compañeros y compañeras militares brindaron más de 2.000 horas de su tiempo al servicio de la comunidad de Morón para, por ejemplo, participar en el proyecto de reparación y rehabilitación del Convento. Lo hacen voluntariamente porque quieren corresponder a los españoles que son sus anfitriones.

Aunque la relación entre Estados Unidos y España en materia de defensa es quizá el elemento más visible de nuestra asociación bilateral, también se podría decir que es el más incomprendido. Muchos parecen creer que sólo se beneficia una parte. Pero si preguntan a cualquier estadounidense o español que haya servido en un contexto bilateral en algún momento en los últimos sesenta años de nuestra asociación les dirá que no es el caso. En muchos niveles, nuestra cooperación apoya los intereses de ambos.

Esta relación es, sobre todo, una asociación entre dos aliados y fuerzas armadas profesionales que utilizan sus capacidades individuales para promover objetivos comunes. Por ejemplo, España ha acogido recientemente al segundo de los cuatro destructores estadounidenses que tendrán su base en Rota. Estos barcos, operando desde una base española, representan una significativa contribución conjunta de Estados Unidos y España a la seguridad transatlántica, ya que constituyen la columna vertebral de la defensa por parte de la OTAN de todos los habitantes de Europa contra los misiles balísticos.

Tal vez no sepan que barcos estadounidenses y españoles patrullan juntos contra la piratería en aguas próximas al cuerno de África, manteniendo las aguas internacionales despejadas para el comercio marítimo que es importante para nuestras economías. Al recibir recientemente en Rota al Cape Ray, el barco estadounidense especialmente equipado para destruir el arsenal de armas químicas de Siria en el mar, España y Estados Unidos han trabajado juntos en apoyo de un plan de la ONU para impedir que el régimen de Assad realice más ataques con armas químicas contra su pueblo. Y al acoger en Morón al grupo especial de la Infantería de Marina de Estados Unidos encargado de proteger las instalaciones diplomáticas de Estados Unidos en África, España está apoyando operaciones de estabilidad en una zona de interés para ambos países. Y podría continuar.

Al encontrarse sobre el mismo suelo, día tras día, nuestros marinos y pilotos, soldados e infantes de marina tienen la oportunidad de prepararse juntos, lo que fortalece a las fuerzas armadas de ambos países. Sólo el año pasado se realizaron 45 ejercicios bilaterales. Desde pruebas físicas y de tiro hasta simulaciones de transporte aéreo y navegación, las fuerzas españolas y estadounidenses se ayudan mutuamente a mantenerse preparadas para cualquier desafío que se presente, incluidas misiones militares no tradicionales como la respuesta a crisis humanitarias. El entrenamiento conjunto trae una mejor interoperabilidad, algo que no sólo nos interesa desde el punto de vista bilateral, sino que también resulta vital para mantener la solidez de la OTAN. Sólo hay que ver las noticias para recordar por qué es tan importante.

Cuando hablamos de los beneficios de la relación, también debemos abordar el aspecto económico. Últimamente ha habido algunas noticias desfavorables sobre la pérdida de puestos de trabajo en las bases españolas en las que están presentes fuerzas estadounidenses. Dadas las realidades fiscales, Estados Unidos, al igual que España y otros países de la OTAN, está haciendo todo lo posible para controlar el gasto militar mientras proporciona la máxima seguridad a nuestros ciudadanos y aliados. Las fuerzas armadas de Estados Unidos, como todas las fuerzas armadas, deben adaptarse a las cambiantes necesidades de seguridad y realizar presupuestos según las necesidades operativas previstas. Durante la campaña aérea contra el régimen de Gadafi en Libia, por ejemplo, el aeródromo de Morón funcionó las 24 horas del día, los siete días de la semana. Esa campaña terminó y el aeródromo ha reducido significativamente su horario. Éstos y otros factores han dado lugar a una menor demanda de servicios y de empleo externo. Lamentamos toda pérdida de empleo, pero es importante no perder de vista el panorama general: la presencia militar estadounidense en España aporta enormes beneficios económicos.

En 2013, las fuerzas armadas estadounidenses en Morón y Rota inyectaron más de 150 millones de euros en la economía española a través de contratos y servicios y proporcionaron más de 3 500 contratos fijos o por obra de personal español. Las visitas de barcos estadounidenses en 2013 trajeron millones de dólares en negocio a los puertos de Málaga, Palma, Rota, Ferrol, etc. La constructora naval española Navantia consiguió un contrato plurianual por valor de 229 millones de dólares para el mantenimiento de los cuatro nuevos destructores estadounidenses con base en Rota, lo que también contribuye a apoyar el empleo de personal español en una región con una alta tasa de paro.

Pero los beneficios económicos asociados palidecen ante la increíble importancia, tanto desde el punto de vista bilateral como global, de contar con Estados Unidos y España, en colaboración, para abordar las graves amenazas a las que debemos hacer frente, juntos. Igualmente importantes son las conexiones personales que hacen posible nuestra larga historia de bases militares compartidas. Igual que el infante de marina de la fotografía, generaciones de personal militar estadounidense y sus familias han vivido en España, la han recorrido, han sido voluntarios en sus comunidades de acogida y se han marchado amando este maravilloso lugar. Esas relaciones y esos recuerdos perduran toda la vida y unen a nuestras fuerzas armadas, a nuestros pueblos y a nuestros países de una manera realmente imposible de cuantificar. Cuando hablamos de la asociación en materia de defensa no estamos hablando de fuerzas armadas sin rostro. Estamos hablando de miles de españoles y estadounidenses, hombres y mujeres, que trabajan juntos todos los días en asuntos importantes para ambos países, desde la seguridad mundial hasta las necesidades de la comunidad local. Que siempre avancemos, juntos.