Daniel Ureña, Presidente de The Hispanic Council.

1. Marco Rubio se consolida.

En el debate de anoche no hubo un claro vencedor,  pero sí fue una buena noche para Marco Rubio. El senador de Florida se va afianzando semana tras semana como un serio contrincante contra Hillary Clinton. Rubio está tratando de enmarcar esta campaña en torno a una decisión generacional que girará entre el pasado que representa Hillary y el futuro que él encarna. Este encuadre, que fue el empleado por Barack Obama en 2008 frente a John McCain, es el que más daño puede hacerle a la aspirante demócrata y, por ello, Rubio es muy disciplinado y hábil a la hora de enlazar sus mensajes en torno a esta idea, tal y como hizo anoche.

2. Ted Cruz hizo un gran papel.

Los dos últimos debates están siendo muy positivos para Ted Cruz.  El senador texano tiene un discurso claro y contundente sobre la inmigración ilegal. Como hijo de inmigrantes, tiene una interesante historia que contar en torno a este asunto y anoche, casi por primera vez, la reivindicó. Por todo ello, Cruz está ganando impulso para estar a la cabeza de los favoritos para la nominación.

3. Jeb Bush salió mejor parado que en el anterior.

El ex Gobernador de Florida tuvo un mejor papel que en el segundo debate.  Jeb Bush no es un hombre al que le guste interrumpir a sus adversarios o monopolizar los turnos de palabras, pero anoche al menos lo intentó.  Le falta contundencia y pasión en sus intervenciones, pero su carácter calmado forma parte de su identidad como candidato.  No obstante, tendrá que afilar más los dientes de cara a las próximos debates.

4. Carly Fiorina destacó en política exterior.

Carly Fiorina tuvo de nuevo un encontronazo con Donald Trump, quien acusó el golpe y poco después la increpó por excederse en su tiempo de intervención; pero su mejor momento fue a la hora de explicar sus propuestas en política exterior. A diferencia de otros candidatos – como el propio Trump que transmitía una gran inseguridad al hablar de cuestiones internacionales – Fiorina sabía de lo que hablaba y fue muy contundente al lanzar sus mensajes.  Poco a poco va aprovechando sus opciones.

5. Trump habla mucho y dice poco.

Donald Trump es un gran actor. Sabe que una de las claves de la televisión es condensar tus mensajes de manera concisa, directa y sencilla.  No obstante, su capacidad como candidato va poco más allá de esto. Al ser preguntado una y otra vez por medidas concretas, Trump se limita a repetir sus eslóganes pero sin mucho fondo. Sin embargo, su agilidad dialéctica para afear o increpar a sus adversarios le sirve para ganar el aplauso del público, aunque está por ver si también los votos.

 6. El estilo de Ben Carson no es suficiente.

 El estilo suave, pausado y amable de Ben Carson le permitió defenderse bien de los ataques personales que ha recibido de algunos medios en los últimos días, así como para explicar su posición contraria a incrementar el salario mínimo.  Ben Carson es un tipo que, por lo general, cae bien al votante conservador, pero le falta más arrojo y más fuerza para ser Presidente.

7. Rand Paul por fin tuvo protagonismo.

Rand Paul por fin tuvo algo de protagonismo después de varios debates con una actuación muy pobre. Buscó la confrontación con Rubio, especialmente en política exterior, marcando las diferencias al reivindicar su carácter libertario. No obstante, el mensaje de condensar el gasto en defensa tiene poco futuro entre los votantes republicanos.

8. Los candidatos jugaban en casa.

A diferencia del debate de la CNBC, en la que los moderadores ejercían el papel de inquisidores contra los candidatos, los conductores del debate de anoche, coorganizado por Fox y The Wall Street Journal, ejercieron su función con corrección. Sin ser maleducados, controlaron bien los tiempos, repreguntaron a los candidatos y, como buenos anfitriones, también les dejaron espacio para su lucimiento.