Una de las partidas que más recortes ha sufrido en los últimos años en Estados Unidos es la educación. Según el informe anual del Instituto de Investigación Nacional de Educación Temprana (NIEES, National Institute for Early Education Research) el curso 2011-2012 ha sido el peor de la última década con un descenso de la inversión por alumno y, derivado de ello, una caída en casi todos los parámetros de calidad analizados.

Se estima que en Estados Unidos 1,3 millones de niños atienden a clases de preescolar o educación temprana. En el último curso, los 40 estados que ofrecen datos sobre la educación preescolar han disminuido la financiación en educación más de 548 millones de dólares y 27 de ellos han reducido de media 442 dólares la inversión por alumno siendo la primera vez desde el año 2000 en la que la inversión por hijo ha descendido de los 4.000 dólares.

Los más jóvenes se están llevando una de las peores partes de los ajustes y recortes presupuestarios, sin embargo, los jóvenes hispanos lo están sufriendo con mayor impacto. El 24% de los menores de 5 años que residen en EEUU son hispanos y apenas la mitad acude a preescolar.

Los motivos son varios. Por un lado se cree que la falta de conocimiento de los padres ante la existencia de estos programas de educación temprana y las barreras lingüísticas y culturales provoca que la mayoría de los niños hispanos no acudan al colegio antes de los 5 años. Por otro se encuentra la escasez de recursos en muchas familias para poder pagar el preescolar. Actualmente solo cinco estados ofrecen educación preescolar universal (Georgia, Oklahoma, Illinois, West Virginia y Nueva York) y en los estados donde más hispanos residen (Texas, California y Florida) además de no ser gratuitos son los peor valorados según el NIEES.

Sin embargo, este panorama podría cambiar en los próximos años. Según anuncio el presidente Obama en su discurso de inauguración el Plan de enseñanza preescolar de calidad, que el secretario de Educación sigue presentando en todos los estados y a representantes de todos los partidos, supondría una inversión de 77.000 millones de dólares durante la próxima década a beneficio de 1,6 millones de niños de familias con menores recursos, 565.000 de ellos hispanos.

El debate radica en la procedencia de esos fondos, en principio derivados de un aumento de los impuestos del tabaco en todo el país, lo que ha puesto en alerta al lobby del tabaco y la industria que ya trabaja para que este plan no salga adelante a costa de los fumadores.