Tribuna del Presidente de The Hispanic Council, Daniel Ureña, con motivo del 15 aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001:
Ya han pasado 15 años desde los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas y el Pentágono, junto con otro avión secuestrado que no alcanzó su objetivo y se estrelló en Shanksville (Pensilvania). El balance fue trágico: más de 3.000 muertos, 6.000 heridos y un descomunal salto hacia delante del terrorismo yihadista.
Millones de espectadores contemplaron en directo desde sus televisores la matanza de miles de personas y Al Qaeda asestaba un duro golpe contra el centro neurálgico de Occidente. A partir de entonces no sólo la industria aérea tuvo que transformarse, sino que el mundo empezó a cambiar. El 11-S fue la plasmación de una nueva forma de guerra con un enemigo difuso y sin un campo de batalla claro, pero con la misma capacidad de generar terror, muerte y destrucción. Aunque no fue el primer atentado yihadista que sufría Estados Unidos, el 11-S sí supuso la escenificación del comienzo de una nueva etapa inquietante en la que 15 años después seguimos inmersos.
Aquel 11 de septiembre muchos europeos pensaron que aquellos ataques no iban con ellos, que era una de las consecuencias de la política de Estados Unidos por ser la “policía del mundo”, pero no podían estar más equivocados. El yihadismo, una ideología basada en el fanatismo, la violencia y el desprecio por la vida humana, ha declarado la guerra a Occidente y está cumpliendo su amenaza en forma de atentados y ataques indiscriminados generando miles de víctimas de diferentes religiones, razas y nacionalidades. En los últimos años Europa se ha convertido en el campo de acción de esta nueva forma de terrorismo al que los gobiernos y sociedades occidentales todavía no saben cómo hacer frente.
El yihadismo se aprovecha de nuestra debilidad, de nuestros complejos y de nuestra falta de un liderazgo capaz de ver más allá de las encuestas y de comprender lo rápido que cambia el mundo y los desafíos que nos plantea. Por ello, el 15 aniversario del 11-S quizá sea un buen momento para recordar que, aunque nos cueste asumirlo y prefiramos mirar hacia otro lado, tenemos un enemigo que quiere acabar con nuestra forma de vida y al que no se le derrotará con minutos de silencio, velas y hashtags en twitter.