A pesar de que Donald Trump y Hillary Clinton ocupan todas las portadas y análisis de cara a las elecciones de 2016, no son los únicos aspirantes a sustituir a Barack Obama en la Casa Blanca a partir del 20 de enero. Hay más de 10 candidatos a la presidencia pero dos de ellos, además del republicano y de la demócrata, son los que podrían inclinar la balanza de la votación: la doctora Jill Stein, candidata del Partido Verde y el ex Gobernador de Nuevo México, Gary Johnson, candidato del Partido Libertario.
Jill Stein, de 66 años, es médico y activista. Nació en Chicago, se graduó cum laude en la Universidad de Harvard, está casada y es madre de dos hijos. Ya fue candidata del Partido Verde en 2012, elección en la que consiguió el 0,36% de los votos (algo más de 469.000 votos) y aspira a convertirse en la representante del cambio que solicita el país y a ganar a los seguidores del senador demócrata Bernie Sanders, quien ya ha mostrado su apoyo a la campaña de Hillary Clinton.
Entre sus propuestas destaca su “agenda verde” que pretende lograr el uso de un 100% de energía renovable para 2030, la creación de empleo y el fin de la pobreza, la sanidad y educación como un derecho, establecer el salario mínimo en 15 dólares la hora y convertir el cambio climático en un pilar de su presidencia, prohibiendo prácticas peligrosas para el medio ambiente como el fracking y protegiendo la biodiversidad.
Gary Johnson, de 63 años, es hombre de negocios y político. Nació en Dakota del Norte, se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad de Nuevo México, está separado y es padre de dos hijos. También fue candidato por el Partido Libertario en las elecciones de 2012, ciclo en el que consiguió 1,27 millones de votos, el 0,99% del total. El objetivo de Johnson es ganar el voto de los republicanos que no quieren votar a Donald Trump.
Entre sus propuestas destacan la despenalización del aborto, la legalización de la marihuana, la reforma fiscal del estado para simplificar el sistema de tributación, la protección de las libertades civiles, la no intervención militar y la reducción de la deuda nacional a 20 millones de dólares para el año 2017. Johnson se define como un político conservador en el terreno fiscal y liberal en las áreas sociales.
Ambos candidatos tienen varias cosas en común. Primero, se están centrando en la población descontenta que no quiere ni a Clinton ni a Trump en la Casa Blanca, se posicionan como el cambio necesario, quieren convertirse en la tercera vía y, en las últimas semanas, están abanderando, cada uno como representante de un tercer partido, la campaña para poder participar en los debates presidenciales.
Según las normas de los debates, pueden participar en los encuentros los candidatos que superan el 15% de los votos en las encuestas a nivel nacional. A mediados de julio, Johnson estuvo cerca en varias mediciones llegando al 12%, sin embargo, todavía no ha superado esa cifra.
En los últimos sondeos publicados en los que se incluye a Jill Stein y Gary Johnson, Hillary Clinton ganaría la elección con el 43%, por delante de Trump con el 34%, Johnson con el 10% y Stein con el 5%, según la encuesta del 4 de agosto de NBC y Wall Street Journal. Según la media de Real Clear Politics, Clinton llegaría al 43,5%, Trump al 36,9%, Johnson al 8% y Stein el 3,9%.
Todavía quedan 3 meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos y los números y las opciones pueden cambiar. Hasta el momento Johnson y Stein se muestran como una posible tercera opción, aunque su primera batalla es poder participar en los debates, ya que, según digo Johnson, “es imposible ganar si no se está en ellos”.